El Gobierno sirio ha exigido este jueves a la oposición siria y a aquellos que la "controlan", como Arabia Saudí, que retiren el comunicado de la conferencia de Riad en el que exigen la salida del poder del presidente de Siria, Bashar al Asad, como condición para entablar negociaciones de paz directas.

"Mientras exista el comunicado de Riad II, no entablaremos ningún diálogo directo con ellos", afirmó el negociador jefe del Gobierno sirio en el diálogo de paz auspiciado por la ONU, Bashar al Yafari, al término de la octava ronda de conversaciones en Ginebra.

"Los que manejan a la contraparte saben muy bien que el Gobierno sirio no entablará ningún diálogo si hay precondiciones", recalcó el embajador de Siria ante la ONU en Nueva York.

En la reciente conferencia II de Riad la oposición consiguió por primera vez integrar en la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN) -formada mayoritariamente por la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal agrupación política opositora- a las plataformas de Moscú y de El Cairo, toleradas por el régimen.

Eventual transición

En la capital saudí, la oposición incluyó en el documento final una mención a que no tolerará la presencia de Asad en una eventual transición política en Siria.

A juicio de Yafari, además no se trata de una oposición que cubra todo el espectro político y "los que organizaron la conferencia de Riad II fueron los que impusieron las precondiciones" y "sabotearon esta ronda".

El embajador sirio mencionó específicamente a "los saudís" y a los que "manejan a los saudís, que son los países occidentales". "No quieren que el proceso de Ginebra prospere", sostuvo Yafari, quien explicó que el Gobierno quiere volver a hablar de los 12 principios de una futura Constitución y las llamadas "cuatro cestas" temáticas.

Elecciones libres

Se trata de la creación de un Gobierno creíble, inclusivo y no sectario en un plazo de seis meses; la confección de un calendario y proceso para la elaboración, también en seis meses, de una nueva Constitución; unas elecciones libres y justas supervisadas por la ONU y con participación de la diáspora elegible en un espacio de 18 meses, y de la lucha contra el terrorismo.

La lucha contra el terrorismo es la prioridad del Gobierno, y la transición, la de la oposición.

Preguntado si todo ello significa el fin de Ginebra en favor del diálogo militar en Astaná (Kazajistán) y de la cumbre de Sochi -anunciada para principios del 2018 por Rusia- el negociador jefe de Siria dijo que "juzgaremos el resultado de esta octava ronda en base a la decisión que tomen los que manejan la contraparte".

El mediador, cuestionado

Yafari dijo asimismo que el Gobierno sirio "determinará su postura con respecto al mandato del enviado especial" de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, una vez de vuelta en Damasco y que haya informado al Consejo de Seguridad el próximo martes.

Cuestionó abiertamente la independencia de De Mistura, ya que este hizo anoche declaraciones a la radiotelevisión pública suiza en las que dijo que, tras la operación militar en Siria, Rusia "debe ganar ahora la paz" en el país árabe y "presionar" al Gobierno de Asad para que acepte una nueva Constitución y nuevas elecciones.

Yafari consideró además que "nadie puede presionar" al Gobierno sirio, que tiene "plena soberanía". "Hemos dejado claro al enviado especial (...) que insistir en tales posiciones, y me refiero a su declaración, hará descarrilar su mandato como mediador", afirmó.

De Mistura había pedido a las dos partes no hacer declaraciones durante la octava ronda de diálogo y no imponer precondiciones.