La seguridad nacional ha desplazado otros asuntos en las elecciones que se celebran el jueves en el Reino Unido. Tras dos atentados en plena campaña, la lucha contra el terrorismo se ha convertido en un arma de doble filo para Theresa May, hasta el punto que su principal rival, el líder laborista Jeremy Corbyn ha pedido su dimisión

La primera ministra se presentó este lunes, en su primer acto electoral tras el sangriento suceso de Londres, como la única líder fuerte y con credibilidad para revisar la estrategia antiterrorista y actuar con mano dura, frente a Corbyn. En este momento crítico para el país, bajo el shock de tres atentados sucesivos, May atacó el historial de Corbyn, quien en el pasado se opuso a dar nuevos poderes de vigilancia a las fuerzas de seguridad, o a autorizar el uso de armas de fuego, el llamadol ‘shoot and kill’ (dispara y mata) por parte de la policía, en situaciones extremas.También le acusó de haber "alardeado de haberse opuesto a cada pieza de legislación antiterrorista desde que llegó al Parlamento”. Corbyn "no tiene los mínimos requisitos para el trabajo de primer ministro”, afirmó. “Para salvaguardar la seguridad en nuestro país hace falta liderazgo”, añadió.

EN CONTRA

Pero la propia hoja de servicios de May, durante los seis años en que fue ministra de Interior, juega ahora en su contra. En esos años, entre el 2010 y el 2016, hubo una reducción de 20.000 agentes de policía en Inglaterra y Gales. May se encuentra ahora con los índices de popularidad a la baja y a la defensiva en la recta final de campaña, ante quienes la acusan del impacto que esos recortes han tenido en la policía armada, o en la policía que trabaja en barrios y comunidades. Esa labor a pie de calle es una fuente vital de información para los servicios de inteligencia, para detectar a jóvenes que se radicalizan y se transforman en elementos potencialmente peligrosos.

En un acto de campaña, Corbyn llegó a pedir la dimisión de May como primera ministra por los recortes en seguridad, aunque luego prefirió dejar el asunto en manos de los británicos y las urnas. “Creo que debemos votar el jueves para decidir quién es nuestro primer ministro y decidir qué Gobierno vamos a tener, dijo. El líder laborista cree que May “debe pensar en lo que hizo como ministra de Interior”, porque “20.000 oficiales de policía perdieron sus trabajos. Ella coordinó esos recortes y ahora dice que tenemos un problema”. Corbyn ha prometido reclutar 10.000 nuevos policías si gana las elecciones.

May insiste en que las fuerzas policiales “están bien dotadas”, a pesar precisamente de los laboristas. “Desde 2015 hemos protegido todos los presupuestos policiales y eso a pesar de que el Partido Laborista de Jeremy Corbyn sugirió en la Cámara de los Comunes que debían recortarse en un 10%. Dijimos: no, vamos a protegerlos”. Pero a May también le reprochan el haber anulado en el 2011 las rígidas restricciones impuestas por Tony Blair (control orders), como el arresto domiciliario de los sospechosos de terrorismo que no podían ser procesados o deportados. La líder conservadora respondió que esa fue una decisión de los tribunales, pero las normas con que fueron reemplazadas han sido muy criticadas por su debilidad e ineficacia. Su problema es que durante años ha sido ella la responsable de la lucha antiterrorista, cuya estrategia está ahora en cuestión y debe ser revisada.

Vaivén en las encuestas

Tras disfrutar durante meses de una amplísima ventaja en las encuestas --en alguna superaba los 20 puntos-- el Partido Conservador que lidera la primera ministra Theresa May vio reducido el margen a un peligroso 3% o 4% sobre los laboristas. Incluso una encuesta del sábado 3 de junio para el 'Mail on Sunday' le daba solo un punto de ventaja, situando a los conservadores en el 40% y a los laboristas en el 39%.

Sin embargo, la última encuesta, realizada por ICM entre el 2 y el 4 de junio --lo que significa que algunas de las entrevistas se realizaron después del atentado de Londres-- otorga a los 'tories' un 45% de los votos y a los laboristas un 34%, o sea una ventaja de 11 puntos. Otras dos encuestas realizadas entre el 31 de mayo y el 2 de junio daban también a los 'tories' ventajas de 11 y 12 puntos respectivamente.

En cualquier caso, el sistema electoral mayoritario que rige en el Reino Unido, significa que los porcentajes de voto pueden tener un impacto muy distinto en el reparto de escaños según cómo esté distribuido este voto, por lo que siempre resulta precipitado sacar conclusiones en base a dichas encuestas.