El registro de las voces extraído de la caja negra del Airbus A-320 que se estrelló en los Alpes franceses acusa al copiloto del avión de haber iniciado el descenso fatal del aparato de manera voluntaria, según ha explicado este jueves el fiscal de Marsella encargado de la investigación, Brice Robin. El copiloto, Andreas Lubitz, alemán de 28 años, se encontraba solo en la cabina después de que el comandante le hubiera pedido asumir el mando y se ausentara para ir al baño. Cuando el comandante quiso regresar, el copiloto le impidió el acceso negándose a abrir la puerta, y activó el mando que inició el descenso del avión.

Esta actuación solo puede interpretarse, según el fiscal, "como una voluntad de destruir el avión". Robin ha explicado que Lubitz no pronunció una sola palabra desde que el comandante abandonó la cabina y que su respiración fue "normal" hasta el momento del impacto, lo que indica que estaba vivo y no se sintió mal.

Los gritos de los pasajeros tras la activación de la alarma por la cercanía del impacto se escuchan solo en el último momento de la grabación, que dura unos treinta minutos y permite escuchar durante los primeros veinte una conversación "normal" entre el comandante y el copiloto. "La muerte fue instantánea", ha dicho.

El fiscal no ha querido pronunciar la palabra "suicidio" pero ha reconocido que es legítimo "hacerse esta pregunta". También ha informado a las familias de las víctimas del contenido de la caja negra.

La fiscalía de Marsella ha pedido a las autoridades judiciales alemanas datos precisos sobre el copiloto, que no estaba fichado como terrorista. En este momento, la hipótesis del atentado ha sido descartada por Robin.