China vive esta semana el evento político más importante de los últimos cinco años con el inicio del XIX Congreso del Partido Comunista (PCCh), del que deben salir importantes cambios en el liderazgo y un reforzamiento de la figura del secretario general y presidente del país, Xi Jinping.

Los primeros delegados, los procedentes de la región autónoma de Mongolia Interior, comenzaron a llegar hoy a la capital, donde se están intensificando las medidas de seguridad.

El congreso se reúne cada cinco años, por lo que las decisiones que se aprueban suelen ser de gran calado y tienen larga vigencia. En esta ocasión 2.287 delegados se darán cita en el Gran Palacio del Pueblo, el edificio oficial más simbólico del régimen chino, en plena plaza de Tiananmen.

Oficialmente no se ha divulgado cuándo terminará el congreso del partido que gobierna sin oposición China, aunque normalmente estas reuniones se extienden durante alrededor de una semana.

De cara al congreso, el PCCh mantuvo hoy una reunión con los pequeños partidos políticos tolerados en China (subordinados a la formación comunista), y a su conclusión Xi Jinping les pidió una mayor cooperación para lograr avanzar en el progreso y desarrollo del país, se anunció en un comunicado.

El aspecto al que más atención prestan los analistas y diplomáticos es el de la renovación de buena parte de la cúpula del partido que Gobierna sin oposición el gigante asiático desde 1949.

El congreso debe elegir un nuevo Comité Central, actualmente formado por 205 miembros y 171 suplentes, para que después los líderes más destacados de ese órgano sean designados para el Politburó, ahora compuesto por 24 personas.

Finalmente, de entre los miembros del Politburó se designará al Comité Permanente, verdadero núcleo de poder en el PCCh y en China, formado actualmente por siete personas y encabezado por el secretario general y presidente del país, Xi Jinping.

Las cábalas sobre quiénes integrarán el Comité Permanente son incesantes, aunque coinciden en señalar a Chen Miner, actual secretario del partido en la región de Chongqing y hombre de confianza de Xi, como el principal favorito a entrar en ese órgano.

Cinco de los miembros del Comité Permanente deberían jubilarse, salvo que cambien las normas, entre ellos el poderoso Wang Qinshan (69 años), jefe de la comisión disciplinaria del PCCh, la que ha encabezado la gran campaña contra la corrupción lanzada por el presidente en los últimos cinco años.

Esta campaña continuará tras haber logrado un "ímpetu abrumador", según indicó el Comité Central en la noche del sábado tras concluir su reunión anual, que se dedicó casi exclusivamente a preparar la cita que comienza el miércoles.

Otra cuestión clave es si en este congreso se designa a un nuevo vicepresidente que sea el "heredero aparente" de Xi, quien ya emergió como el futuro nuevo líder chino en la edición de 2007 antes de su encumbramiento en 2012 al poder.

Se prevé que Xi saldrá muy reforzado del Congreso, ya que además de colocar a algunos de sus más fieles en los nuevos órganos, en esta reunión se refrendará la modificación de la constitución del partido (ya aprobada por el Comité Central) para incluir algunas de sus teorías, lo que le colocará al nivel de otros líderes históricos del comunismo chino como Mao Zedong o Deng Xiaoping.

Otras decisiones importantes de personal abarcan al presidente del banco central, cuyo titular, el respetado Zhou Xiaochuan, se jubilará en enero próximo.

Empresas y gobiernos extranjeros estarán muy atentos a cualquier indicio que apunte a una mayor apertura de la economía al sector privado y al exterior, una promesa ya hecha hace años pero que no acaba de aplicarse en la práctica.

El avance en la lenta reforma del gigantesco sector de las empresas estatales o posibles cambios en las políticas monetaria y fiscal, igual que medidas para corregir el elevado endeudamiento empresarial, serán otras cuestiones clave que pueden tratarse en esta reunión.

Este XIX Congreso es también un momento importante para los organismos oficiales de información y propaganda oficiales, que están intensificando el trabajo de las últimas semanas en la proclamación de los logros alcanzados por China en los últimos años bajo Xi, glorificado en todas sus menciones, o en las últimas décadas de reformas lanzadas por el PCCh.

Por ejemplo, hoy se describe cómo los 2.287 delegados que representan a 89 millones de miembros del PCCh abarcan todos los sectores de la sociedad, desde altos cargos oficiales y oficiales militares hasta militantes de la "primera línea" social, como agricultores, maestros o enfermeros.