La carretera va estrechándose a medida que el vehículo se adentra por un bucólico y silencioso paisaje invernal, formado poramplias llanuras nevadas y densos bosques de abedules. En un punto perdido de la ruta, a la altura de un pequeño poblado de 2.000 habitantes llamado Rukla, cuando la calzada se ha convertido en una angosta vía que pide a gritos una reparación y que apenas permite el tránsito en ambas direcciones, el coche se da literalmente de bruces un enorme portón que da acceso a una base del Ejército lituano.

Es aquí donde se está instalando el EFP Lituania (Presencia Avanzada Mejorada, por sus siglas en inglés) uno de los cuatro batallones que la OTAN, en la cumbre de Varsovia del pasado julio, decidió desplegar en las tres repúblicas bálticas y Polonia, ante las crecientes tensiones entre Occidente y el Kremlin. Cuando culmine la maniobra, la unidad estará formada por un millar de soldadosprocedentes de Alemania, Holanda, Bélgica y Noruega, y contará con dos centenares de vehículos, incluyendo 20Vehículos de Combate de Infantería (VCI) Marder, y un puñado de carros de combate Leopard, todos ellos de fabricación alemana. La presidenta lituana, Dalya Gribaskautyé, dio la bienvenida al contingente en una ceremonia que tuvo lugar esta semana.

DESPLIEGUE EN LOS PAÍSES VECINOS

En las vecinas Polonia, Estonia y Letonia, similares batallones multinacionales encabezados respectivamente por EEUU, el Reino Unido y Canadá, seguirán el ejemplo del EFP Lituania, convirtiéndose en el despliegue militar más importante que tiene lugar en el continente europeo desde el final de la guerra fría con la URSS. Con el objetivo de mantener el compromiso aliado de no estacionar de forma permanente tropas en territorio del antiguo Pacto de Varsovia, contenido en el Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997, las fuerzas de la Alianza Atlántica irán rotándose.

Teniendo en cuenta que al otro lado de la frontera, en Kaliningradoy Bielorrusia, Rusia acumula decenas de miles de hombres, nadie cree que cuatro batallones y 4.000 soldados puedan impedir una eventual invasión en el caso de producirse. Según asegura a EL PERIÓDICO el comandante de EFP Lituania, el teniente coronel alemán Christoph Huber, de la Bunderswehr, la maniobra constituye un “potente símbolo de la solidaridad que existe en la OTAN”, y los hombres a su mando conforman una fuerza de “disuasión” para dar a entender que Lituania es parte de la alianza. Y aunque el oficial no lo menciona por su nombre, el destinatario del mensaje es el Kremlin.

El contingente coordinará sus actividades con la brigada del Ejército lituano Iron Wolfs ('Lobos de Hierro'). "Vamos a estar muy ocupados en los próximos meses; somos el primer contingente de la EFP Lituania y estamos en fase de desarrollo" con el fin de adecuar las instalaciones a las futuras rotaciones.

Por el momento, en el interior de la base de Rukla, todo tiene un aspecto de provisionalidad; los barracones de la fuerza multinacional, e incluso el despacho del teniente coronel Huber rezuman temporalidad. Será en mayo, fecha en que está prevista la llegada de los soldados noruegos, cuando el despliegue se dé por concluído.