Los casos de acoso sexual no son una anécdota en el Parlamento de Westminster. Uno de cada cinco trabajadores del Parlamento británico ha experimentado algún tipo de acoso sexual o conducta inapropiada en el último año, según un informe divulgado este jueves, que recomienda sanciones contra los responsables.

El documento, hecho por un grupo de trabajo multipartito a cargo de la diputada conservadora Andrea Leadsom, fue encargado a raíz de las denuncias hechas el año pasado por algunas mujeres contra políticos, como fue el caso del exministro de Defensa Michael Fallon, que se vio obligado a presentar la dimisión.

La encuesta se hizo entre 1.377 trabajadores parlamentarios. Uno de cada cinco de ellos dijo haber experimentado o haber sido testigo de acoso sexual o comportamiento incorrecto en los últimos 12.

Varias dimisiones

Fallon dimitió el pasado noviembre tras admitir una acusación de conducta inapropiada hacia una periodista. El ministro, que era una de las figuras destacadas del Gobierno, pidió disculpas por haber puesto una mano sobre la rodilla de la periodista Julia Hartley-Brewer durante una cena en 2002.

Además de Fallon, una antigua ayudante del exsecretario de Estado de Comercio Internacional Mark Garnier le acusó de haberle pedido que fuera a comprar "juguetes sexuales", mientras que el Partido Laborista suspendió al diputado Kelvin Hopkins por un presunto acoso sexual a una joven militante.

El viceprimerministro Damian Greren, muy cercano a Theresa May, abandonó el cargo también en diciembre, tras resconocer que mintió tras ser halladas en su ordenador del Parlamento imágenes pornográficas.

Investigación confidencial

El informe recomienda la creación de un procedimiento de quejas y agravios que sea "independiente de los partidos políticos". En virtud de las recomendaciones de este grupo de trabajo, las quejas pueden dar paso a una investigación confidencial por parte de un comisario parlamentario, que aplicaría sanciones contra los responsables de acoso, como la suspensión de un diputado o un miembro de la Cámara de los Lores por un periodo de tiempo. Entre las medidas también se incluiría la expulsión de un lord de la cámara o la destitución de un diputado de su circunscripción, lo que daría paso a una elección parcial para cubrir su escaño.

El informe recomienda la aplicación de un nuevo código de conducta que sea vinculante a todos los que trabajan en y para el Parlamento de Westminster, incluso los parlamentarios.

Un cambio en la "cultura laboral es urgente y esencial", subraya el documento."Es inaceptable que comportamientos inapropiados, incluida la intimidación y el acoso sexual, tengan lugar en lo que llamamos la comunidad parlamentaria", agrega.

Contra las acusaciones falsas

Al mismo tiempo, el informe advierte de que será necesario asegurar que no se destruye la reputación de un parlamentario por la presentación de acusaciones falsas. "Es sabido que los parlamentarios están bajo una constante atención mediática y que, debido a la naturaleza política (de su labor), hay un riesgo de quejas maliciosas contra los que trabajan en el Palacio de Westminster (sede del Parlamento), ya sea diputados, lores o el personal", agrega.

La diputada Leadsom dijo que este es un "gran día" para el Parlamento y el mundo político británico puesto que el nuevo procedimiento propuesto para atajar este problema "demostrará" que se quiere conseguir que el Reino Unido tenga el mejor Parlamento del mundo en lo que se refiere a tratar "con dignidad y respeto" a la gente que trabaja en él.

El informe de este grupo de trabajo aún tendrá que ser considerado por ambas cámaras parlamentarias antes de ser puesto en práctic. En 15 días tendrá lugar el primer debate.