Un 'swagger' puede ser un 'popu', un protagonista de las redes sociales capaz de generar 'errepés'. Un diamante en bruto, un 'famee' en el mercado más inestable del mundo, ese que muere en meses a la velocidad de ritmo caribeño y para el que el éxito se mide en seguidores de Facebook y capacidad de generar colas en la disco o acumular fotos con conocidos haciendo morritos.

Y es que en el universo adolescente existen múltiples sectas y tribus, pero la moda de gorra ladeada, deportivas eléctricas y labios pintados, que dura entre los 14 y poco más de los 20, se ha convertido en un negocio en colores, traseros en movimiento y aglomeración discotequera. Los gurús del concepto son guapos y guapas de pelo estudiado, de gustos musicales definidos pero poco amplios y estética general en línea. Otro mundo más en este, con sus reglas y gustos difícilmente extrapolables a otros contextos.