El cisma familiar del multimillonario Elon Musk, fundador de Paypal y Tesla Motors, se ha recrudecido con un nuevo capítulo que se suma a su ya excéntrica biografía. La relación de este empresario (Pretoria, Sudáfrica, 1971) con su padre nunca ha sido buena. De hecho, hace años que no mantienen contacto alguno, y en sus últimas entrevistas se había mostrado excesivamente arisco con su progenitor, Errol Musk. Pero ahora se ha sabido por qué. The Sunday Times acaba de revelar que a sus 72 años ha tenido un bebé con su hijastra, Jana Bezuidenhout, de 30 años. El bebé tiene ya diez meses.

Errol Musk se casó con su segunda esposa, Heide Bezuidenhout, cuando Jana Bezuidenhout apenas tenía cuatro años. Fruto de ese matrimonio tuvieron dos hijos. El padre del multimillonario emprendedor ha afirmado que el bebé que ha tenido con ella no fue buscado. Cuenta que nunca vio a Jana como una hija porque se crió lejos de él y su familia. Al parecer fue ella la que el año pasado se puso de nuevo en contacto con su padrastro tras pasar por una ruptura sentimental y este la consoló.

El padre y abuelastro confiesa que nada más enterarse de que estaba embarazada, pensó que el padre del bebé sería el exnovio de la joven y pidió una prueba de ADN para confirmar la paternidad. «Estábamos solos y una cosa llevó a la otra. Puedes llamarle el plan de Dios o el plan de la naturaleza», ha revelado.

Tras confirmarse su paternidad, Errol anunció la noticia a una de sus hijas, que reaccionó de forma negativa al igual que el resto de la familia. «Se lo conté a mi hija porque pensé que sería comprensiva, pero me dijo que estaba loco y mentalmente enfermo. Ella se lo dijo al resto y se volvieron locos. Piensan que me estoy volviendo senil y debería estar en una residencia de ancianos en lugar de tener una vida llena de diversión y un bebé», ha afirmado al Daily Mail. Hace unos meses Jana Bezuidenhout colgaba una foto del bebé en las redes sociales, al que han llamado Eliot. La está ayudando a mantener al bebé, pero no vive con ellos.

Esta nueva paternidad de Errol Musk ha ahondado más en la herida abierta entre padre e hijo, a quien en una entrevista con la revista Rolling Stones le tachó de ser «un ser humano horrible. Casi todas las cosas malas que podrías pensar, él las ha hecho». Elon Musk es hijo de la modelo y dietista Maye Musk, quien a sus 69 años sigue siendo una habitual de las pasarelas, y el ingeniero Errol Musk. Durante los primeros ocho años de vida, confiesa que rara vez veía a uno de los dos. Cuando sus padres se separaron sus hermanos pequeños se quedaron con su madre y él con su padre. «Por entonces yo no sabía que clase de persona era. No fue buena idea, era un ser humano terrible».

Su madre, en cambio, es otra cosa. El día que trajo al mundo a su primogénito llevaba dos años decorando su dormitorio con la banda de finalista del certamen de Miss Sudáfrica de 1969 y desde los 15 años se ganaba la vida como modelo en el país africano, donde su familia se había mudado a vivir desde Canadá siendo una cría. El mundo que su hijo aspira ahora a ver desde el espacio, ella lleva poniéndoselo por montera desde que su padre se aficionara a llevarla de aventuras en avioneta por el desierto de Kalahari junto a su hermana gemela y al resto de la familia.

También el viaje Musk hasta hoy ha sido largo y no sin turbulencias en el amor. Con su primera esposa, la escritora canadiense Justine Wilson, estuvo casado entre 2000 y 2008. Fue un matrimonio con dosis de tragedia (perdieron a su primer hijo por el síndrome de muerte súbita infantil) pero tuvieron luego otros cinco vástagos (unos gemelos y unos trillizos, todos in vitro).

Aquello acabó como el rosario de la aurora, y Musk llegó a escribir un artículo para corregir cosas que se habían publicado, como que dejó a su mujer para irse con la actriz Talulah Riley. La británica, eso sí, se convirtió en su segunda esposa y en la tercera. Se casaron en 2010, se divorciaron y en 2012 se volvieron a casar. Al final rompieron en el 2016. Fue entonces cuando conoció a la exmujer de Johnny Depp, Amber Heard. Pero tampoco ha funcionado.