Manu Regueiro se ha incorporado a la serie de TVE-1 'Acacias, 38' para dar vida a Arturo Valverde, un militar retirado chapado a la antigua que trata de proteger a su única hija, Elvira, interpretada por Laura Rozalén. El actor gallego explica aquí cómo ha sido su entrada en la ficción.

¿Cómo se gestó su entrada en 'Acacias, 38'? Hice una prueba, les encantó y aquí estoy.

¿Qué le parece su personaje? Arturo Valverde es un personaje muy interesante. Y la familia Valverde también, porque es un triángulo de padre, hija y mayordomo. Es un coronel retirado viudo del glorioso Ejército español como él dice siempre. Es muy militar y está acostumbrado a la severidad y la rectitud. Es un tío muy tradicional, clasista y machista. El adora a su única hija y considera que lo mejor que puede hacer por ella es buscarle un caballero de posibles que sea honrado y no la maree. Es un hombre con luces y sombras. Pero lo que hace lo hace por amor a su hija.

¿Y cómo es su hija? Se parece mucho a él en que tiene bastante carácter, pero son totalmente opuestos. Lo que para él es un capricho de niña malcriada, para ella es una esencia vital: casarte con quien te dé la gana.

¿Veía la serie? No. Me he tenido que poner al día por internet y leyendo guiones.

¿Y qué es lo que más le ha llamado la atención al verla? Yo he hecho bastantes series distintas y esta tiene cosas diferentes. Me ha llamado la atención que es muy coral, incluso en muchas escenas. Lo habitual en una ficción diaria es poner a dos personajes sentados en una mesa y hablar cuatro páginas porque lo que se trata es de hacer minutos y no muy caros. En 'Acacias' hay escenas corales donde sale un personaje y entra otro, y hay unos falsos exteriores que dan mucho juego. También hay muchos movimientos de cámara, cosa que tampoco es frecuente.

Eso es lo positivo. ¿Y lo negativo? Pues que, como sucede en todas las series españolas diarias, se trabaja a un ritmo muy fuerte. Esto más que un defecto, es una característica de la ficción española. Aprovecho para decir que la telenovela diaria, que a veces se desprestigia diciendo que es un género menor, es muy difícil de hacer. Pese a ello, en España se hace muy bien y da lugar a productos muy vendibles, como 'Acacias'.

¿Cuál es para usted la mejor serie española? Me encanta 'El Ministerio del Tiempo'. Me parece una muy buena serie de TVE porque es un idea distinta e innovadora con un reparto muy bien elegido. La dirección es muy buena y resulta una serie muy entretenida. 'Hispania', en la que yo trabajé, también me pareció innovadora en lo de hacer época, o más bien superépoca. Yo hacía de Bartar, un jefe hispano. También me gustó 'Bajo sospecha'. Y hay una serie gallega, llamada 'Matalobos', que se exportó muy bien.

¿Cree que en España las cadenas suelen maltratar a las series? A poco que uno se esmere en promocionar una serie y lanzarla el día adecuado sin contraprogramar, la cosa iría mejor. Creo que la tarta es muy grande y debería haber para todos. A los que nos dedicamos a esto nos beneficia que todas las series funcionen. La contraprogramación no beneficia a la industria. Podía poner el lunes Antena 3 una serie buenísima, el martes Tele 5, el miércoles TVE… Ya sé que a nivel de empresa privada esto es una utopía.

¿Cree que en España se miden bien las audiencias? No. Yo la mayor parte de la ficción la veo por internet porque estoy trabajando. O la veo grabada. Y la presencia de las series en las redes sociales es un dato que también debería tenerse en cuenta.

¿Cómo fue su experiencia en 'El Faro, cruïlla de camins'? Fue una serie muy complicada de grabar por los ritmos, pero hicimos una gran piña entre el equipo técnico y el astístico y salió bien. Es curioso porque yo hice dos personajes en la misma serie, ya que interpreté a dos hermanos gemelos. Empecé siendo Miguel, un psiquiatra turbio, y luego apareció su hermano gemelo Luis. Fue una experiencia muy buena. Me alegro mucho de que haya tenido éxito en Catalunya. Nos sorprendió bastante porque se emitía a las 7 de la tarde. En Galicia aguantamos 510 capítulos con unas audiencias impensables después de comer para la televisión gallega, que tenía un 2% y pasó con nosotros a un 12%.