Era el fenómeno televisivo más esperado de la temporada. Después de casi tres años sin acudir a la tele -dos de ellos en prisión por blanqueo de capitales-, Isabel Pantoja eligió este lunes 'El Hormiguero' (Antena 3) para regresar a la pequeña pantalla, reconciliarse con su público -algunos acudieron al programa incluso malitos- y darle brillo y esplendor a su maltrecha imagen, en sentido figurado, pues el pasado otoño luce nuevo rostro, con pómulos y labios más turgentes.

Pablo Motos ha obrado el milagro, que Isabel, 'la deseada', rompa su silencio carcelario en 'prime time'. A cambio, él se lo ha puesto fácil, y la tonadillera se ha dejado querer en un programa grabado antes de su emisión. El resultado, empalagoso pero de lo más morboso, que ha roto audímetros: la visita de Isabel Pantoja a 'El Hormiguero', ha sido lo más visto de enero en televisión con4.783.000 espectadores.

El falso directo con preguntas pactadas hasta el más mínimo fleco -con llamada incluida de su hijo, Kiko Rivera, para acallar rumores de desavenencias- tenía por objeto la promoción de la artista sevillana, pues su nuevo disco, 'Hasta que se apague el sol' y su anunciada próxima gira española y latinoamericana no está vendiendo tanto como se esperaba. Pero, además de acudir al programa a 'vender su libro', como hacen todos los invitados de Motos, el programa fue un ejercicio de blanqueamiento estupendo.

ENTRE ALGODONES

La cantante estuvo tan a gustito y cómoda que comenzó a dar titulares: "[Estos años en la cárcel] han sido difíciles, intensos, dolorosos", y, ahora, aseguró, está tratando de "salir psíquicamente" de esa etapa de su vida a través del trabajo. "Por suerte, me va bien", aseguró sonriente.

La tonadillera abandonó la cárcel el pasado mes de marzo tras dos años en prisión por un delito de blanqueo de capitales al contribuir a "enmascarar" el dinero ilícito de su entonces pareja, Julián Muñoz, cuando era alcalde de Marbella (Málaga). Eludió decir las palabras"Alcalá" "de" "Guadaira"; prefirió hablar de "ese lugar de cuyo nombre no quiero acordarme".

Por supuesto, ha "tenido mucho tiempo para pensar" y darse cuenta de lo que es importante en la vida, apreciar "las cosas más cotidianas, las más pequeñitas". "Ahora mismo le doy muchísimo valor a todo esto porque no se sabe hasta que no se pasa", dijo. Aunque se la vea como alguien "fuerte" y "echada para adelante" en realidad es una persona "muy frágil", dijo a punto de la lágrima.

LA LLAMADA DE KIKO

Uno de los momentos más a flor de piel llegó con la llamada de Kiko, agradecidísimo a su "amigo Pablo" por haber llevado a su madre a plató. "Te amamos, te queremos y estamos superorgullos de ti", le dijo a su madre, que también pudo hablar con su nieta Ana ("Yo ha eduqué a mis hijos. Con mi nieta soy muy consentidora, les doy todo lo que me piden y más"). Fue entonces cuando Pantoja confirmó que va su hijo y ella la van a "liar", musicalmente hablando.

Pantoja está entregada ahora al amor de su familia ("Un día feliz para mí es estar en casa con mi familia, encender la chimenea, dar un paseo por el campo..."). Al otro amor, el romántico, le ha cerrado la puerta ("Por ahí [por la puerta del corazón] no entra ni un hilito de luz").

El público entregado interrumpió varias veces los titulares que iba dando la diva, de nuevo en televisión para presentar el disco 'Hasta que se apague el sol', compuesto y producido por el fallecido autor mexicano Juan Gabriel ("Yo he amado a Juan Gabriel en todo, ha sido un golpe muy duro. Él me estaba esperando", explicó afectada).

GAZPACHO A LA PANTOJA

Hubo un momento cocinillas, con Trancas y Barrancas. Motos y Pantoja se pusieron los mandiles para hacer un gazpacho. Todo aderezado con muchas frases guionizadas.

Con "música y voz en directo" cantó emocionada dos canciones la folclórica después de que Motos le hiciera entrega de un Disco de Oro por las ventas de su último trabajo, publicado en noviembre. Una señora de entre el público -que había viajado enferma por ver a su ídolo- le entregó un ramo de flores. "Me he sentido muy cómoda aquí. Y he sonreído, que me hacía mucha falta sonreír", se despidió la tonadillera mientras se le escapaba una lágrima.

CRÍTICAS EN LAS REDES SOCIALES

La amabilidad de la entrevista -Motos y Pantoja se dieron un par de picos durante el programa- ha sido muy criticada en las redes. Algunos usuarios han afeado al presentador de 'El Hormiguero' que no hiciera ninguna pregunta comprometida, y otros, incluso, han tachado la charla de "vergonzosa" por tratar de "pobrecita" a "la misma que nos ha robado millones de euros de dinero público".