Han sido 19 días de convalecencia que han suscitado rumores y preocupación en el Reino Unido. El “fuerte resfriado” que alejó a Isabel II de Inglaterra de sus deberes públicos y su avanzada edad -90 años— hicieron saltar las alarmas sobre su estado de salud.

Si este 2017 comenzó para la Isabel II con un macabro tuit que la dio por muerta, el 2016 tampoco tuvo un buen final ya que se ausentó en dos de los actos más tradicionales en su calendario: las misas de Navidad y de Año Nuevo en Sandringham, su residencia navideña del Noreste de Inglaterra, a 177 kilómetros de Londres.

Isabel II ha reaparecido este domingo acompañada por su esposo, el Duque de Edimburgo, de 95 años. Ataviada con un abrigo azul eléctrico, ha llegado en un Bentley morado a la iglesia de Santa Magdalena, donde ha sido vitoreada por algunos feligreses que han tenido que pasar por controles de seguridad.

Al servicio de este 8 de enero también han asistido los Duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, aunque lo han hecho sin sus dos hijos, Jorge, de 3 años, y Carlota, de uno.

PRIMERA AUSENCIA EN 28 AÑOS

Isabel II y Felipe de Edimburgo se trasladaron a Sandringham el 22 de diciembre. El 25, y por primera vez en 28 años, la Reina se ausentó de la misa de Navidad al padecer "un fuerte catarro"desde hacía días, según un portavoz del palacio de Buckingham. La preocupación por su salud aumentó cuando faltó también al oficio de Año Nuevo. "La Reina no se siente preparada para acudir a la iglesia ya que aún se recupera de un fuerte resfriado", se explicó entonces desde palacio. Su esposo sí se recuperó a tiempo y fue a la misa acompañado por los príncipes Carlos y Harry.

Pese a su indisposición, Isabel II, que cumplirá 91 años en abril, sí que ha participado en las celebraciones navideñas privadas de la familia.