Harry Styles no es el primer ni será el último astro (teen) pop que decide pasarse a la actuación. Pero su caso es, en cierta manera, único: ¿cuántos de esos astros pop han debutado en el cine de la mano de un director clave del cine de su momento, Christopher Nolan, y en un filme considerado de forma casi unánime una especie de clásico instantáneo?

Debutar con 'Dunkerque' no está mal. O es una condena, según se mire: será difícil para Styles pasar enseguida por una producción de esta altura a todos los niveles. Cuando preguntamos al antiguo componente de One Direction, ahora enfocado en su carrera en solitario, qué piensa hacer a continuación en el cine, mira hacia abajo, resopla, titubea y finalmente contesta: 'No tengo planes. Desde luego, volvería a hacer esta'. Es consciente de su suerte. Y su condena.

El de Styles es, por descontado, el rostro más reconocible entre los actores que encarnan en 'Dunkerque' a los jóvenes soldados británicos y franceses acorralados por los nazis en la costa francesa en 1940. Nolan se arriesgó colando a una estrella del pop entre un puñado de rostros anónimos. ¿No distraería un poco su presencia? "En términos de actuación, soy igual que mis compañeros. Tengo la misma poca experiencia. Y eso buscaba Nolan, que tuviéramos un punto de inocencia y nuestras reacciones fueran naturales".

Entró al proyecto como todos los demás: haciendo un montón de pruebas y leyendo a solas o con diferentes posibles compañeros de reparto, en busca de alguna química especial. "En mi primera prueba leí una parte de 'Una rubia muy legal'", bromea Styles. "Un monólogo que traje preparado de casa".

PREPARATIVOS PARA EL ATAQUE

El músico llegaba al proyecto con la lección aprendida. "La historia de Dunkerque se estudia en la escuela. Es, obviamente, una parte importante de la historia británica y de nuestro ADN como país. Lo que me gusta de la película es su intimidad. Se centra en el aspecto humano. Cuando estudias la Guerra en la escuela, sobre todo aprendes números; no te explican lo suficiente sobre las personas que estuvieron ahí".

Los deberes que puso Nolan a sus compañeros y él fue ver 'La delgada línea roja' de Terrence Malick y otros filmes icónicos, además de leer un libro, 'Forgotten voices of Dunkirk', en el que veteranos de la guerra contaban su experiencia. La película es una experiencia inmersiva, te pone en el pellejo de aquellos jóvenes soldados. Si lo es para el espectador, ¿cómo debió serlo para los actores? "Rodar el filme me ayudó a entender a qué debían enfrentarse esas pobres personas. Es imposible ponerte más contra las cuerdas, despojarte de algo más de lo que eres; te quedas en simple instinto humano".

Se vivieron experiencias tan intensas a nivel físico y emocional que algunos días, según parece, podía costar quitarse el papel de encima. "Todos sentíamos un gran respeto por las emociones y el material argumental con los que trabajábamos. Chris [Nolan] nos lo puso fácil para hacernos sentir todo el caos: construyó un mundo físico tan creíble que no hacía falta imaginarse nada".

LO QUE ESTÁ POR VENIR

Si algo ha aprendido trabajando con Nolan, dice, es "que debes hacer cosas por las que sientas pasión". Y eso se aplica a cualquier aspecto de la vida, cualquier gremio: "Has de tratar de hacer cosas que realmente te gusten. Creer en lo que haces: esa es la única manera de conseguir que alguien más pueda creer en ti".

En su primer disco en solitario, 'Harry Styles', se reinventa con seguridad como cantautor rock confesional. El disco, aunque imperfecto, ha convencido a buena parte de la crítica y ha sido número uno en infinidad de países, incluyendo España. Parece que hay futuro para Styles más allá de One Direction. Y si la música fallara en algún momento, siempre le quedan las superproducciones firmadas por cineastas de renombre. Los hay que nacen con recursos.