La residencia preferida de la reina Isabel II, el Castillo de Windsor, será el lugar donde contraiga matrimonio su nieto, el príncipe Enrique y la actriz Meghan Markle. La ceremonia tendrá lugar el mes de mayo, en la capilla de St. Jorge, según ha confirmado el palacio de Kensington, el día después de anunciarse el compromiso de la pareja. La novia, de 36 años y religión católica, se convertirá previamente al protestantismo, será bautizada y recibirá la confirmación entrando así en el seno de la iglesia anglicana. La americana también tiene previsto convertirse en ciudadana británica.

El secretario de comunicaciones del príncipe Enrique, Jason Knauf ha subrayado que Windsor es un “lugar muy especial”, para los futuros contrayentes, porque allí han pasado buenos momentos desde que se conocieron hace dieciséis meses.

La ceremonia reflejará el carácter de la pareja, pero será una boda real, según Knauf. La familia real pagará por la boda, incluido el servicio, la música, las flores y la recepción para los invitados. La boda, de menor pompa y despliegue que otras reales celebradas en la abadía de Westminster, o en la catedral de St. Pablo, será televisada. Los contrayentes quieren también que el público de alguna manera pueda participar en el evento, pero aún o se ha especificado de qué forma.

La capilla de St. Jorge es el lugar donde el príncipe Carlos y Camila Parker Bowles protagonizaron un servicio religioso después de su boda civil en la alcaldía de Windsor en el 2005. También allí, en 1984, fue bautizado Enrique.

El príncipe y Meghan realizarán su primer acto público oficial juntos el viernes, cuando visiten en Nottingham el centro de Terence Higgins Trust, una institución que lucha contra el sida y de la que fue patrona la princesa Diana.