El lobo de Wall Street tiene novia. Y la nueva novia tiene, a su vez, algunos hechos diferenciales: su carrera cinematográfica se halla en fase de despegue, está emparentada con pesos pesados de Hollywood y los especialistas del ramo la están avistando junto a Leonardo DiCaprio un tiempo superior a la media de relaciones del actor. Abran, pues, paso a Camila Morrone, argentina e hijastra de Al Pacino, que se dedica al modelaje y a la interpretación, y -aquí sí se ajusta al patrón- el pasado 16 de junio cumplió 21 años, menos de la mitad que él, que ya tiene 43. La juventud, la pasarela y lo efímero, rebobinemos, son el común denominador de los romances del actor. En menos de un año ha salido con cuatro modelos: Nina Agdal, de 26 años; Lorena Rae, de 23, y Juliette Perkins, de 19.

La pareja fue vista por primera vez en Nueva York a finales del 2017 y cenando en la Gran Manzana junto a la modelo Hailey Baldwin. Después llegaron unas vacaciones en Colorado, celebrando el Fin de Año en Aspen, y el reciente festival de Coachella, donde ya se besaron en público.

Aunque lo que ya ha tenido lugar es la formalización de la relación: una cena de presentación oficial de los padres de Camila. Bueno, de la madre, Lucila Polak, pues su pareja desde 2009, el también actor Al Pacino, fue precisamente quien los presentó hace más de medio año. Y ahora, casualidades de la vida, DiCaprio y él coinciden en el rodaje de la última película de Quentin Tarantino, Once Upon a Time in Hollywood.

Morrone es hija de Lucila y del también modelo y actor argentino Máximo Morrone, y nieta a su vez del abogado, escritor y político Federico Polak. Aunque desde bien joven quiso dedicarse a la moda y no veía el momento de quitarse los brackets para fichar por una agencia, su debut no fue hasta hace un par de años, cuando fue portada de la edición turca de Vogue. A partir de ahí se le abrieron las puertas de la pasarela y se estrenó desfilando para Moschino después de pasar a formar parte del elenco de ING Models World, la agencia de modelos en la que cualquier maniquí querría trabajar. Ello le ha permitido ser la imagen de Lefties (la línea lowcost de la firma Inditex) o posar para TopShop, Sephora o Victoria’s Secret, aunque sin llegar a ser uno de sus ángeles, como otras novias de Leo.

Camila también ha trabajado como actriz. Su primera oportunidad se la dio James Franco en la película Bukowski, en el 2013. Después llegaron pequeños papeles en Death wish y Never goin’ back, con premiere mundial incluida en el Festival de Cine de Sundance que se celebró el pasado mes de enero y con fecha de estreno en EEUU prevista para agosto. Aunque tiene buenas conexiones, Camila sabe moverse por el circuito. Íntima amiga de Kaia y Presley Gerber, se ha dejado ver por el Art Basel de Miami, el Festival de Cannes o la fiesta de Vanity Fair de los Oscar.

En su cuenta de Instagram-barómetro de poder e influencia- ha logrado reunir más de un millón de seguidores, entre los que se encuentran las hermanas Kylie y Kendall Jenner o Bella Hadid. También tiene un blog, en el que hace apenas tres años publicó que no le había parecido para tanto El Renacido, la película por la que el que iba a ser su futuro novio ganó un Oscar.