La actriz Carrie Fisher, que interpretó a la princesa Leia en las películas de la saga Star Wars, falleció ayer en un hospital de Los Ángeles en el que llevaba ingresada desde que el pasado 24 de diciembre sufrió un paro cardiaco durante un vuelo transoceánico. Fisher sufrió una crisis cardiaca a bordo del vuelo 935 procedente de Londres y, a su llegada al aeropuerto de Los Ángeles, tras 11 horas de viaje, fue trasladada al hospital de la UCLA urgentemente por una ambulancia de los bomberos. Un portavoz de la familia confirmó que la actriz, de 60 años, murió cinco minutos antes de las nueve de la mañana, hora de California.

Hay papeles que acompañan y abrazan a sus actores toda la vida y Carrie Fisher, quedará en la memoria de los cinéfilos como la inolvidable y princesa galáctica Leia de Star Wars.

Su valentía y bravura en defensa de las fuerzas rebeldes contra el malvado Imperio, su característico peinado de rodetes y su apasionado romance con Han Solo (Harrison Ford) fueron los puntos más destacados de la princesa Leia, un papel que lanzó a la fama estelar a Carrie Fisher y del que, a la larga, nunca podría escapar.

La intérprete, que había retomado su carismático rol en el exitoso relanzamiento de la saga con Star Wars: El despertar de la fuerza (2015) y cuya participación en Star Wars: Episodio VIII (2017) estaba confirmada, había presentado recientemente The Princess Diarist, un libro en el que relataba su experiencia y diversas curiosidades y secretos acerca del rodaje de Star Wars.

Carrie Fisher nació el 21 de octubre en Beverly Hills (EEUU) con la sangre del espectáculo corriendo por sus venas ya que era hija del cantante Eddie Fisher y la actriz Debbie Reynolds. Sus primeros pasos en el mundo de la interpretación los dio como estudiante de arte dramático en la Royal Central School de Londres y como parte del elenco de Irene (1973), un musical de Broadway que protagonizaba su madre.

Su debut en el cine llegó de la mano de Warren Beatty, que durante mucho tiempo tuvo entre ceja y ceja el proyecto de la película Shampoo, que dirigió Hal Ashby y se estrenó en 1975.

Pero su consagración llegó con el papel de la princesa Leia en una ambiciosa película de ciencia ficción dirigida por un joven George Lucas, que había adquirido prestigio por el buen rendimiento de American Graffiti (1973). Para el papel sonaron los nombres de Amy Irving o Jodie Foster, pero fue Carrie Fisher quien se puso las características rosquillas en Star Wars: una nueva esperanza (1977), El imperio contrataca (1980), El retorno del Jedi (1983) y en el último episodio El despertar de la fuerza (2015).

ESCRITORA / Tras Star Wars, su popularidad cayó y solo logró pequeños papeles en Granujas a todo ritmo (1980), Hannah y sus hermanas (1986) o Cuando Harry encontró a Sally (1989). Como escritora, firmó Postales desde el filo, novela que saltó al cine en 1990 con con Meryl Streep y Shirley MacLaine en el reparto. Fisher estuvo casada en los años 80 con el cantante Paul Simon. Posteriormente tuvo una relación con el representante Bryan Lourd, fruto de la cual nació su hija Billie Lourd, que también es actriz. Volcó su lucha contra las adicciones y la enfermedad mental en el libro y obra de teatro Wishful Drinking.