El despatarre, sentarse en el transporte público con las piernas bien abiertas, también es una expresión de machismo. La gran mayoría son hombres y “no es difícil ver a las mujeres con las piernas cerradas y muy incómodas”, denuncia el grupo Microrrelatos Feministasen una petición publicada en Change.org que cuenta ya con más de 1.000 firmas.

La petición del grupo feminista persigue concienciar a los usuarios del transporte público madrileño, metro y autobús, de la importancia de respetar el espacio de los otros usuarios a través de unos carteles que ya existen en Estados Unidos, Japón y Turquía. Estos carteles “pueden ser el punto de partida para sensibilizar y que se empiecen a respetar” los espacios de la mujer, aseguran los responsables de la iniciativa.

¿POCA EDUCACIÓN O MICROMACHISMO?

Para los impulsores de la iniciativa, el llamado ‘manspreading’ (despatarre masculino) no es solo una cuestión de mala educación. Este gesto, desconsiderado con el resto de usuarios, es mayoritariamente masculino. “Igual que a las mujeres nos han enseñado a sentarnos con las piernas muy juntas, como si tuviéramos que sujetar algo entre nuestras rodillas, a los hombres les han trasmitido una idea de jerarquía y de territorialidad, como si el espacio les perteneciese”, denuncia Microrrelatos Feministas.

La iniciativa dirigida a las dos administraciones madrileñas y a la Empresa Municipal de transportes (EMT) se ha viralizado durante toda la mañana del martes y se han convertido en ‘trending topic’ en Twitter con el hashtag #MadridSinManspreading.

Algunos tuiteros, hombres, se han defendido acusando a algunas mujeres de ocupar dos sitios con el bolso. Esa práctica es el conocido como 'shebagging', otro neologismo a combatir, la versión femenina de la descortesía en el transporte público.