Beyoncé y Jay-Z dieron este sábado por la noche una gran sorpresa al anunciar sobre el escenario en Londres el lanzamiento de un nuevo álbum conjunto para celebrar su amor. La obra está disponible exclusivamente en la plataforma Tidal, propiedad de Jay-Z, y no se encuentra en el gigante Spotify. La diva del pop y su marido, la superestrella rapera, tiraron la bomba en el Estadio Olímpico londinense al final del 'show' que forma parte de la gira mundial que empezó el 6 de junio en el Reino Unido y que llegará a Barcelona el 11 de julio. El disco se titula 'Everything is love'.

La pareja también lanza un vídeo cuidadosamente coreografiado que transcurre dentro del Museo del Louvre en París para una canción del álbum, llamada 'Apeshit'. El vídeo, de factura espectacular, se abre con la presentación, hieráticos frente a la Mona Lisa y cogidos de la mano, de Jay-Z con un traje cruzado verde claro y Beyoncé con un traje pantalón color lavanda, y continúa con bailarinas desnudas frente a 'The Rite of Napoleón', de Jacques-Louis David.

Musicalmente, 'Todo es amor' aúna los estilos de los dos artistas con canciones marcadas por un alma hip-hop de factura cálida y sensual. En el álbum, la cantante de 'Say My Name' y 'Single Ladies (Put a Ring On It)' da detalles generosamente sobre su vida sexual con Jay-Z, rompiendo los últimos restos de su inocencia y exponiendo a las claras su convivencia matrimonial. En su último álbum en solitario en el 2016, 'Lemonade', Beyoncé había desvelado la infidelidad de su marido. Un año después, Jay-Z le pidió perdón en su propio álbum '4:44'.

Su relación parece haber mejorado, sugiere el título de la obra anunciada este sábado. En la última canción, 'Lovehappy', reconocen las dificultades del pasado pero también sus esfuerzos de reconciliación. "Tenemos defectos / Pero siempre somos perfectos el uno para el otro", canta ella.

En realidad, todo el concierto de estos dos grandes dioses venerados por sus fieles es una exposición impúdica de una pareja de tortolitos que no escatiman muestras de cariño sobre el escenario. Así aparecieron Beyoncé y su marido, Jay-Z, en su concierto de Londres del viernes, el primero de los dos que han ofrecido en la capital británica. El Estadio Olímpico, con capacidad para 66.000 espectadores, se llenó en la cuarta parada de la gira 'On the Run II' que el matrimonio inició el 6 de junio en Cardiff (Gales) y que llegará a Barcelona el 11 de julio en la única actuación del dúo en España.

Una oda a ellos mismos

Su actuación, de más de dos horas y media, es una oda a ellos mismos, al amor que se profesan y a su relación, que no siempre fue tan idílica como ahora. El rapero y la diva del pop no solo copan el amplio escenario -acompañados en muchas ocasiones de expertos bailarines- sino que las tres pantallas gigantes que tenían detrás muestran sucesivas imágenes de los dos.

Ellos en la cama, ellos en la playa, ellos montando en moto, ellos mirándose, ellos acariciándose... ellos en todo tipo de situaciones mientras desglosan un repertorio de 40 canciones de sus dos exitosas carreras. Atrás quedaron las infidelidades del rapero a la diva, que él reconoció en su tema '4:44', y que han sustituido por lemas como 'Love never changes' (el amor nunca cambia) o 'Love is universal' (el amor es universal) y que podían leerse en los luminosos. La pareja se centró en la composición musical para superar su crisis matrimonial y de ahí nació 'Lemonade' el último disco de Beyoncé, segundo mas vendido del mundo en el año 2016 (más de dos millones de copias), solo por detrás del '25' de Adele, que consiguió vender 4,6 millones.

Recogimiento y alaridos

El momento más íntimo de un 'show' que derrocha megalomanía vino de la mano de una de las baladas más memorables de la estadounidense, de 36 años, titulada 'Resentment' de su segundo disco 'B'day' (2006), con la que la multitud contuvo la respiración. En cambio, la soltó a base de alaridos en el punto más álgido de la velada, cuando comenzaron a sonar los reconocibles primeros acordes de la que es, probablemente, una de las canciones más míticas de la artista, 'Crazy in love', de su álbum debut en solitario 'Dangerously in Love' (2003). Aunque faltaron algunos otros de los temas más míticos de Beyoncé Knowles, como 'Single Ladies' o 'Halo', así como todo el repertorio de su época en Destiny's Childs, el grupo que la catapultó a la fama en 1997.

Tampoco cantó Jay-Z su clásico 'Empire State of Mind', pero el ganador de 19 premios Grammy sí entonó otros temas como '99 Problems', 'The Story of OJ' o 'Déjà Vu', que interpretó junto a su esposa sobre una plataforma móvil que se elevó del escenario para recorrer parte del estadio.

Cambios de vestuario

El matrimonio hizo hace cuatro años su primera gira conjunta y, aunque en esa ocasión no hizo parada en la capital británica, parece que el público londinense les ha perdonado. "Sois el mejor público que hemos tenido hasta ahora", chilló Beyoncé a una enloquecida masa, dejando en un segundo plano a su audiencia de Cardiff, Glasgow y Manchester, los primeros escenarios de la gira.

Cambios de vestuario -Beyoncé lució sus habituales monos ceñidos que disiparon los recientes rumores de un posible tercer embarazo- , juegos de luces e incluso fuegos artificiales no faltaron en un espectáculo memorable. A la pareja le esperan aún más de 30 conciertos en una decena de ciudades europeas y otra veintena norteamericanas en una gira que se alargará hasta principios de octubre.