Los relojes derretidos de Salvador Dalí, en un billete de 10 euros. Seguro que el excéntrico pintor ampurdanés aplaudiría esta idea. Merece la pena recordar que el genial artista fue rebautizado como Avida Dollars -sediento de dinero- por su colega André Bretón, el poeta francés considerado fundador de surrealismo. Con este juego de letras Bretón ironizaba con el supuesto apego por el dinero que sentía el genio de Figueres, quien entonces saboreaba las mieles del éxito y firmaba prácticamente cualquier cosa. El pintor ampurdanés, lejos de enojarse, adoptó ese ocurrente apodo con mucho sentido del humor.

La responsable de esta singular obra de arte de unos 13 centímetros de ancho por 7 de alto es Mari Roldán, una malagueña de 23 años. Su intención, cuando comenzó a pintar billetes con algunas de las obras más icónicas de la historia del arte, poco tiene que ver con el mote de Dalí. “Quería ser azafata de vuelo pero no pude serlo porque tengo muchos tatuajes visibles”, explica Roldán, quien decidió que sus billetes viajarían por ella y darían “la vuelta al mundo” de mano en mano.

Los resultados son, en muchos casos, espectaculares. Nunca el vil metal fue tan bello. “También quería que hubiera un poquito de mí por todas partes y que el que lo cogiera le diese un poco más de valor. A veces no le damos mucha importancia al dinero”, explica esta artista autodidacta. Y es que, aunque cueste de creer viendo su buen hacer, nunca ha estudiado nada relacionado con las artes.

Hasta la fecha ha subido una veintena de billetes pintados, desde un Pablo Picasso sobre un papel moneda de cinco euros a un René Magritte en otro de 100. Del último, el surrealista belga más popular, toma prestadas varias obras como ‘Los amantes’ y ‘El hijo del hombre’. Sin embargo, su pintor favorito es otro: Vincent Van Gogh. “Siempre me he sentido muy inspirada por él”, cuenta la joven, quien empezó con un sencillo boli Bic y ahora prefiere la pintura al óleo.

Su primer trabajo fue, curiosamente, ‘La creación de Adán’ de Miguel Ángel, que ilustra el episodio bíblico del Génesis en el que Dios da la vida al primer hombre. Con este dibujo nace una serie de pinturas sobre parné y, quien sabe, su carrera como artista. Roldán, que lleva toda la vida pintando, no descarta ahora estudiar algo relacionado con Bellas Artes y dedicarse profesionalmente: "Siempre ha sido una afición, pero ahora que estoy viendo que realmente puede convertirse en algo más me gustaría aprovechar esta oportunidad para hacerme un hueco en el mundo del arte y, en un futuro, poder llegar a vender mis propias obras”.

La joven comparte sus pinturas con los billetes como lienzos en su cuenta de Instagram, donde tiene ya unos 16.000 seguidores. “El número de seguidores me ha empezado a subir ahora, y la verdad es que no me lo esperaba. Es muy bonito ver cómo tanta gente dedica un momento de su día a escribir mensajes de enhorabuena. Eso es posiblemente lo mejor de todo esto”, explica agradecida la joven, quien ya recibe encargos, sobre todo de familiares y amigos. “Con ese dinero puedo seguir comprando pinturas”, apostilla.