Abercrombie & Fitch, la conocida cadena de tiendas con chicos esculturales, ha decidido rectificar y vestir los torsos de sus empleados, que hasta ahora lucían sin ropa.

En su nueva etapa, la firma no exigirá a sus empleados una "política de apariencia", que era era uno de los requisitos establecidos por el anterior consejero de la compañía, Mike Jeffries, que abandonó el cargo el pasado año.

La "política de apariencia" prohibía a los dependientes lucir ciertos 'looks' como llevar bigote. Además, se referían a ellos como modelos, cosa que ahora serán representantes de la marca. La nueva dirección ha manifestado que a partir de ahora "los empleados no deberán obsesionarse con su aspecto, sino concentrarse en las ventas".

El manual de los empleados de Abercrombie establecía normas estrictas de vestimenta, de aspecto y de comportamiento. Hasta el punto, de que todos los dependientes estaban obligados a atender al público vestidos únicamente con 'jeans'.

Con estas premisas Jeffries consiguió hacer de la marca una firma popular a la vez que controvertida. Además, sus ventas cayeron de forma progresiva, lo que obligó un cambio en la dirección de la sociedad, que actualmente cuenta con 834 tiendas en Estados Unidos, y otras 166 distribuidas entre Canadá, Europa, Asia, Australia y Oriente Medio.