Un doblete de Isco sacó de un grave apuro al Real Madrid, que pudo por fin contabilizar un triunfo liguero en el Bernabéu. El Espanyol estuvo cerca de amargar la vida al conjunto blanco, pero surgió el malagueño para volver a hacer de Cristiano Ronaldo y solucionar la papeleta. El portugués sigue seco en la competición, pero anoche al menos asistió a su compañero en el primer tanto y lanzó la contra que acabó en el segundo.

El gol con el que Isco abrió el marcador a la media hora quebró la estrategia ultradefensiva del Espanyol, dispuesto a poner a prueba la paciencia de un Madrid demasiado previsible. Con dos líneas muy juntas de cuatro y cinco jugadores en las inmediaciones de su área, el conjunto blanquiazul buscó bloquear a su rival, aunque el plan de Quique estuvo a punto de rodar por los suelos a las primeras de cambio, también con el malagueño como protagonista. Cazó un balón largo de Ramos a la espalda de los centrales en el primer minuto, pero no pudo superar a Pau López en el mano a mano.

Lo que vino después hasta que abrió la lata fue un quiero y no puedo del Madrid, nada dinámico y menos preciso para meter en nuevos líos al portero blanquiazul, que poco antes del gol tuvo que sacar un potente pero centrado cabezazo de Sergio Ramos.

Oxígeno para el Madrid y golpe moral para el cuadro catalán, que se veía cada vez con más fuerzas para aguantar entero a la espera de una oportunidad, aun a costa de no acercarse a Navas, como ocurrió en todo ese tiempo por su nula capacidad para desplegarse en ataque con un mínimo de ambición. Lo pudo aprovechar Ronaldo para marcar al fin en la Liga, pero primero tiró alto sin dejar caer la pelota a centro de Asensio y al minuto siguiente Pau le aguantó bien en un mano a mano.

Tras el descanso, Keylor Navas tuvo que salir de su portería para cortar ante Baptistao, y Nacho evitó que Moreno empatara después de un grave error de Sergio Ramos en defensa. La sangre no llegó al río porque Isco apareció de nuevo para serenar los ánimos de su equipo en una contra iniciada por Ronaldo tras una pérdida de Fuego. Abrió para Asensio y este asistió al andaluz, que no perdonó (m. 71’). Esta vez ya no se soprepuso el Espanyol, que al final corrió peligro de salir goleado.