Cesc Fàbregas y Pedro Rodríguez se reencuentran con el Barça. Jugarán por primera vez ante sus excompañeros desde que se marcharan, el centrocampista en el 2014, el extremo un año después. Los dos son plenamente conocedores de la potencia de su antiguo equipo ahora que están en Chelsea.

«Deberemos hacer dos partidos brutales ante el Barça», admitió Cesc, que ya vivió la experiencia de ser rival de los azulgranas. Sucedió en su primera etapa de Inglaterra, con el Arsenal. Perdió la final de París (2006) y dos eliminatorias más de Champions (2010 y 2011) antes de recalar en el Camp Nou. Después de tres temporadas (del 2011 al 2014), fue traspasado a cambio de 33 millones más tres en variables.

Pedro dejó en las arcas 27 millones y otros tres en variables. Siete campañas permaneció en el primer equipo, ascendido por Pep Guardiola. El extremo canario decidió marcharse al inicio de la segunda temporada de Luis Enrique, postergado por la presencia de Neymar. Tras dos años y medio siente que ha superado todas las dificultades de su adaptación a un país y a unas costumbres distintas. Cesc no descarta que el Chelsea realice esos dos partidos brutales que necesita para eliminar al Barça. La Champions se erige en el mayor aliciente del equipo, muy retrasado en la Premier. «Sabemos que el Barça tiene un equipazo, pero en el futbol todo puede pasar», sostiene el centrocampista. No hay mayor ejemplo que la última experiencia entre el Barça y el Chelsea.