Unas milésimas de segundo, no más, en la primera sesión de entrenamiento, otro puñadito de milésimas en la segunda… Apenas un pestañeo ha separado al británico Lewis Hamilton del alemán Nico Rosberg en las dos sesiones de entrenamientos libres del Gran Premio de Abu Dabi (domingo, 14.00 horas, Movistar+), que decidirá este domingo el título entre dos pilotos que no pueden estar más igualados, con nueve victorias cada uno. Un final dramático que se decidirá por detalles.

La 'pole', como ya se ha visto este viernes, se decidirá por milésimas, pero no parece que ni los Red Bull ni los Ferrari estén en disposición de discutir la primera línea a los Mercedes. Otra cosa será la carrera. El gran premio arrancará con luz diurna, son sol, y finalizará en plena noche, con una caída de temperatura de más de 10 grados que trae de cabeza a los ingenieros de todos los equipos y a los pilotos, pero que Red Bull parece haber comprendido mejor que nadie. Por eso son la principal amenaza de Rosberg para alcanzar ese podio -el tercer puesto le asegura el título- si el alemán transita tras Hamilton después de la primera curva.

"No pienso en nada de eso, solo en lograr la pole y ganar la carrera", repite machaconamente Rosberg. "Es el planteamiento que he adoptado en cada GP de este año y me ha ido bien, por eso he llegado a la última como líder, y no voy a cambiar", dice aparentemente sereno, con mucha tranquilidad, impostada o no.

PRESIÓN A TOPE

Toto Wolff, revela, en cambio, que "la carrera por el título se ha vuelto muy dura para los dos pilotos. Este fin de semana están notando toda la presión", dice el jefe de Mercedes. Y sí, Wolff admite que los Red Bull enredarán al piloto que vaya segundo en carrera. "En el último par de meses hemos evolucionado menos el coche porque nos centramos en el 2017 y Red Bull se ha acercado más a nosotros".

Hamilton, con tres títulos en sus vitrinas y menos probabilidades de ser campeón mañana, debería tener menos presión que Rosberg, que se enfrenta por primera vez -y puede que última- a la posibilidad de entrar en el Olimpo de los campeones del mundo de F-1, donde ya está su padre Keke (Williams, 1982).

Pero no es así. El inglés volvió a criticar a sus jefes por haber cambiado el equipo de mecánicos encabezado por Ros Musgrave al garaje de Nico en la primera carrera de Australia. "Tengo mucho que decir sobre eso, pero lo diré todo cuando escriba un libro dentro de 10 años", dijo, amenazante. Durante 2014 y 2015, los problemas mecánicos se cebaron en Rosberg, mientras que esta temporada ha sido Hamilton quien más ha sufrido. Y de eso culpa implícitamente al cambio de mecánicos. "Sé que ha tenido un efecto psicológico en Hamilton, pero quizá sea yo el que escriba acerca de todo esto dentro de 10 años y puede que diga algunas cosas", le contestó Wolff.

PALABRA DE WOLFF

"Este es un equipo campeón porque pensamos en lo mejor para las 1.500 personas que trabajan en él, no solo en una, en un piloto. Hay que favorecer el desarrollo profesional de esas 1.500 personas, los mecánicos tienen su propia progresión y ascenso, y eso ayuda en la organización que es dinámica en toda la fábrica y también los dos garajes". Para Wolff, que reunió a todo el equipo para desearles suerte, "Rosberg está gestionando muy bien la presión, no parece que nada le afecte, ni los fines de semana malos (porque aprende de los errores y los deja atrás muy fácilmente) ni los buenos, se le ve muy estable y por lo que yo veo es la clave de por qué está al frente de la clasificación en la última carrera del campeonato".