La 'silly season', como se denomina en la F-1 a la temporada de rumores, viene este año cargada de interrelaciones entre las especulaciones de los cambios de asientos y las alternativas de motorización en las distintas escuderías. Comenzó antes que nunca, y se va clarificando primero en el tema de los asientos (Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen han sido renovados antes de pisar, este fin de semana, Monza), pero el asunto de los motores se alargará. Y por ahí se puede decidir el futuro de Fernando Alonso que, a pesar de todo, EL PERIÓDICO está en condiciones de afirmar que todo parece indicar que renovará con McLaren y motor Honda.

Una ruptura muy costosa

"¡Es una vergüenza!", volvió a repetir el bicampeón español por radio cuando el efecto de la falta potencia del motor Honda le dejaba sin defensa en las largas rectas de Spa, perdiendo uno tras uno los puestos que se había ganado en una gran salida y un doble adelantamiento en la primera vuelta. Hay quien ve en estas manifestaciones el últimatum de Alonso a McLaren: O él o Honda. No es tan sencillo. La indemnización por romper el contrato con Honda ronda, al parecer, los 200 millones de euros. A eso habría que añadir dos partidas más: los 100 millones que Honda aporta al equipo y el coste del suministro de propulsores de otro motorista; total casi 400 millones, algo inasumible.

Mercedes y Ferrari ya se han negado a suministrar motores a McLaren. Solo Renault estaría abierta a esa posibilidad, aunque para ello habría que urdir alguna triquiñuela para esquivar el acuerdo actual de F-1 por el que un fabricante no puede motorizar a más de tres equipos y, en este caso, Renault ya motoriza a su propia escudería, además de Red Bull y Toro Rosso. Aún así, en McLaren se hacen la siguiente pregunta: "¿Será mejor el motor Renault que el Honda en el 2018, 2019, 2020…?"

La intuición del sabio Horner

Puede que Christian Horner, el director de Red Bull, campeón del mundo con motores Renault de 2010 a 2013, les haya metido el miedo en el cuerpo al señalar que "Renault es muy consciente de que su producto y su fiabilidad no están en la posición que deberían. Es asunto suyo solucionarlo. Nosotros somos un cliente que paga y obviamente el servicio que estamos recibiendo está por debajo de lo aceptable. Pagamos mucho y deben solucionarlo", setenció el jefe de Red Bull, tras el abandono del holandés Max Verstappen, el pasado domingo, en Bélgica.

Pero lo que ha sembrado de dudas las oficinas de McLaren en su centro de Woking (Inglaterra) es el interés de Horner y todos los gurus de Red Bull, que son buenos y campeones, en explorar la posibilidad de dejar Renault y motorizarse con Honda en 2018. Ya estuvo a punto de hacerlo en 2015. "Estábamos desesperados, tanto que, a finales de 2014, probamos nuestro chasis del 2015 con un motor Honda", reconoce Horner. Red Bull tenía un chasis para ganar el Mundial, pero el motor Renault de 2014 estaba muy lejos del Mercedes. Entonces, Renault se encomendó a un gurú de los motores y la evolución cambió radicalmente. Ese mismo gurú ha sido fichado ahora por Honda, su nombre es el ingeniero suizo Mario Illien. "Es una persona muy capaz que, en mi opinión, ayudará a resolver todos los problemas que tiene Honda", dijo tajante Horner, a comienzos de este verano. Y ahí comenzaron las dudas de McLaren, que teme divorciarse de Honda cuando los japoneses acierten.

Esperando la evolución 4.0 de Honda

La reputación de Illien es bien conocida por ser uno de los artífices del éxito de McLaren a final de la década de los 90 con el finlandés Mika Hakkinen. Su empresa, Ilmor, construía los motores de Mercedes, que ganaba carrera tras carrera, la misma fábrica que Mercedes compró en Brixworth y que fabrica ahora los motores de la escudería. IIlmor ha sido, hasta ahora, la principal causante de que Honda empiece a ver la luz al final del túnel. El sexto puesto de Alonso en Hungría o su confianza por acabar delante de Renault a final de año así lo testifican. La evolución que llevará su sello es la que Honda denomina 4.0, que el belga Stoffel Vandoorme estrenó en los libres de Spa y que, definitivamente, probará Alonso en Monza. No será un circuito especialmente propicio, pero el verdadero potencial pordría verse dos semanas después en Singapur.

"Necesito ver algunas cosas en dos o tres semanas", dijo Alonso en el 'paddock' de Bélgica respecto a su futuro. Se refiere a esta evolución, no tanto en lo que a rendimiento se refiere. Alonso, al que cada vez se le cierran más puertas (su sueño dorado, imposible, es que Mercedes, dada la enorme competencia de Ferrari, decida no renovar a Bottas y ficharle a él), quiere comprobar estos días que el 'método Illien' puede hacer de Honda, como sospecha Red Bull, como insinúa Horner, un motorista fuerte en 2018.

El método es parecido al que ya aplicó con Renault: ayudar a mejorar la fiabilidad del motor y encontrar una buena metodología de trabajo antes de que el propio fabricante empiece a trabajar por su cuenta. Illien ha servido en cierto modo de 'salvavidas' a estos dos fabricantes hundidos por el reglamento actual de motores. A los franceses les fue bien y tildaron en su día de "positiva" la ayuda de Illien antes de acabar su colaboración y ponerse manos a la obra en un nuevo motor de 2018, con el que esperan estar más cerca de la victoria. Honda, de momento, va algunos pasos más atrasada, pero la hoja de ruta es la misma. Es evidente que, en el mundo de la F-1 colaboraciones de técnicos externos, pero grandes conocedores de las maneras y necesidades de la F-1, han producido enorme beneficios a los equipos o constructores que los han contratado pues, a menudo, su visión exterior es mucho más eficaz y sabia.

Esperando la versión 4.0 de Honda

Illien no quiere trabajar en simulaciones con un solo cilindro como ha hecho Honda hasta la fecha, sino que quiere trabajar con la bancada de seis desde el primer momento. Yusuke Hasegawa, jefe de Honda F-1, reconoció que cometieron el error de fiarlo todo a sus datos del banco de pruebas con un sólo cilindro, y no los seis que tiene el motor completo. Un pequeño detalle que venía a delatar su incomprensión de las dinámicas en la F-1 actual.

Cinco meses después, la historia es distinta. La versión 4.0 del motor Honda y el 'método Illien' son la clave del futuro de McLaren y Honda, y con ellos Alonso que, con las puertas cerradas de Ferrari, Mercedes y Red Bull, tendría que aceptar ofertas en Renault o Williams, dos equipos que estarán, tambien en 2018, lejos del podio. No hay proyecto en Indy (debería improvisarlo de nuevo), no hay proyecto, aún, para Le Mans, así que repetir en McLaren en 2018 es lo más real y económico (el contrato seguiría siendo de varias decenas de millones de éuros). Y, encima, todo pinta a que Honda, por fin, puede acertar.