¿Más cerca o más lejos del título? Esa es la pregunta que Nico Rosberg se hace desde que finalizó el Gran Premio de EEUU.Lewis Hamilton le ha recortado la diferencia de 33 a 26 puntos, pero es verdad que en México, Nico podría ser campeón del mundo si gana y Lewis no pasa de la décima posición. “Desde que finalizó la carrera, todo el mundo me pregunta por esa posibilidad, pero yo siempre contesto lo mismo: eguiré pensando solo de carrera en carrera”., afirma el líder del Mundial.

Y hace bien, porque según se mire está mas cerca o más lejos del título que antes de la carrera de Austin. Ya tiene una posibilidad matemática, pero también la confirmación de que Hamilton parece haber solucionado los problemas en las salidas. Después de mucho trabajo en el simulador la semana pasada, calibrando durante días en fábrica la leva del embrague para sentir el punto de mordida en los dedos —se hizo otros guantes casi sin costuras para ganar sensibilidad— no falló en la salida. “Por primera vez en todo el año, sabía que no iba a fallar. En fábrica han hecho un gran trabajo”, confirmó Hamilton. “Voy a luchar hasta el final por cada victoria y por el título, ahora está en manos de Dios”, asegura con misticismo el británico.

HAMILTON VUELVE A CREER

Horas de salidas en el simulador, trabajo en la leva del embrague y unos guantes nuevos sin apenas costuras. Esa ha sido la receta de Hamilton para solucionar su Talón de Aquiles esta temporada, esas malas arrancadas que le han dejado segundo en el mundial. “Todo cuenta y mucho en las salidas”, explica Carlos Sainz, el piloto que junto a su amigo y maestro Fernando Alonso —¡qué lucha tan espectacular dejaron el domingo por la quinta posición!— mejor sale, que más posiciones ha ganado en la arrancada esta temporada. “Tienes que sentir en el dedo tres pequeños puntos de mordida en la leva, casi imperceptibles, todo mientras mantienes con el acelerador la vueltas exactas del motor y miras al semáforo… Si te concentras en otra cosa que no sea la luz, no reaccionas en las dos décimas que debes. Y cualquier cosa la puede fastidiar: la bota del pie del acelerador mal apretada, una pequeña arruga en el guante….”

Hamilton ha solucionado esos problemas, ya no hay costuras en su guante, ni grietas en su procedimiento de salida. Y Rosberg lo sabe. ”Soy consciente de mi posición, pero no voy a pesar en ello porque como he dicho muchas veces voy a tratar de conseguir cada victoria, no sólo luchar por la segunda posición o algo por el estilo. Con el coche que tenemos puedo ganar en cualquier pista a Lewis, así que este GP de México —se celebra este fin de semana, la antepenúltima prueba del mundial— lo vamos a empezar desde cero, buscaremos una buena batalla y va a ser complicado, como siempre. Hamilton está muy motivado, y va a dar lo mejor de él, así que será emocionante”.

EL PELIGRO DE LOS RED BULL

En realidad, la batalla de Rosberg no es contra Hamilton, sino contra los Red Bull. Con ser segundo en las tres carreras que restan tras el inglés, es suficiente, pero en Austin necesitó de la suerte un coche de seguridad para salvaguardar la segunda posición frente al Red Bull de Daniel Ricciardo. "El segundo puesto de Nico estuvo bien, limitamos los daños", reconoció Toto Wolff. Ricciardo el había arrebatado la segunda posición en la salida, pero la entrada del coche de seguridad a media carrera, permitió a Rosberg hacer una parada en boxes sin perder apenas tiempo. “Básicamente, esa parada les salió gratis por el coche de seguridad. Tenía el mismo ritmo de Nico e iba por delante. ha sido una lástima”, explicó Ricciardo. Tanto él como Verstappen —abandonó por problemas de motor— son la principal amenaza de Rosberg al título. “De los tres circuitos que restan, seremos mucho más fuertes en Abu Dhabi”, advierte el australiano. Sería terrible para Rosberg, jugarse el segundo puesto y el título frente a los dos Red Bull en Abu Dhabi. "Nico está en una posición muy buena de cara al campeonato del mundo. Aunque también sabe que no puede permitirse errores, por eso fue tan cuidadoso en la primera curva”, explicó Toto Wolff para justificar la actitud de Rosberg en Austin.