Enclavado en el centro de Andalucía, Priego de Córdoba es un gran lugar para vivir, para emprender y también para visitar. La localidad atesora un importante legado histórico-artístico, un rico patrimonio natural y paisajístico, una variada gastronomía y una atractiva programación anual de fiestas y tradiciones que la convierten en un punto de alto interés turístico.

Con la marca Priego tiene todos los colores, este municipio cordobés quiere impulsar sus potencialidades de cara al visitante. Así, se centra en el Azul, que es su patrimonio; en el Verde, que se corresponde con la naturaleza y los paisajes; en el Naranja, que son sus rincones más significativos y las aldeas que se acogen en su término municipal; el Púrpura, que tiene que ver con las fiestas y las tradiciones; y el Amarillo, que se refiere a la gastronomía.

En el caso del patrimonio histórico y artístico, en Priego destaca la presencia del arte del Barroco, que se representa en los diferentes monumentos religiosos, como pueden ser el sagrario de la Asunción, la capilla de Jesús Nazareno en la iglesia de San Francisco, o las yeserías de la iglesia de La Aurora, entre otros. También destaca la presencia de personajes ilustres que ahora se recrean en sus viviendas familiares, como es el caso de la Casa Museo de Niceto Alcalá-Zamora y Torres o la Casa Museo de Adolfo Lozano Sidro.

En cuanto a la naturaleza, la localidad está inmersa en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, de excepcional interés paisajístico y ecológico, un espacio que sorprende por la variedad de parajes, declarados Geoparque por la Unesco. Esta zona ofrece la posibilidad de practicar numerosas actividades como senderismo, rutas a caballo, rutas en bicicleta, espeleología, etcétera.

El término municipal prieguense está salpicado de aldeas y diseminados que dotan a la comarca de unos pintorescos espacios. La cueva de Cholones o de los Mármoles, asentamientos íbero-romanos o una necrópolis de época musulmuna son algunos de los puntos que bien merecen una visita.

En Priego, el fervor popular marca cada una de sus fiestas, como la Semana Santa, los Domingos de Mayo, el Corpus o la romería de la Virgen de la Cabeza, además de la feria real, la de San Marcos o el Carnaval.

En la gastronomía destaca una gran variedad de platos, desde el flamenquín al rabo de toro o el revuelto de collejas, pero siempre con la presencia destacada del aceite de la DO de la tierra.