El pequeño recinto ibérico de Los Castillejos, que forma parte del cerro Almanzora, este sí en término de Priego, que se continuaría utilizando de forma intensa en época romana. Habiendo sido objeto de una importante destrucción en 1996, estaba compuesto de varias líneas de fortificación cuadrangulares formando un conjunto de cierta complejidad, y culminados en la parte más elevada por un basamento con grandes bloques ciclópeos. En sus alrededores se han encontrado abundantes fragmentos de cerámica ibérica y romana (común, terra sigillata, tegulae).

En el cerro de la Cárcel, también a orillas del río Salado, encontramos otro importante asentamiento fortificado ibero-romano. Aunque actualmente sólo es visible un tramo de muralla de carácter ciclópeo con un alzado de 1,40 metros y una longitud de más de 30 metros, en el extremo noreste del cerro, hay referencias bibliográficas de su continuidad hacia el sur, siendo previsible que circundara toda la colina. Esta misma bibliografía refiere la existencia de un silo de opus caementicium, actualmente desaparecido. En todo el espacio intramuros, y con menor intensidad, en el llano existente al sur, encontramos numerosos fragmentos de cerámica (ibéricas pintadas, de pasta gris y comunes, y terra sigillata, tégulas...) que evidencian una intensa ocupación. Por otra parte, en la llanura delimitada por el meandro del río hay referencias de la existencia de una necrópolis romana.

Para llegar al río Salado a la altura del cortijo de los Castillejos hay que tomar un camino que surge entre los kilómetros 2 y 3 de la carretera A-333, a la derecha si vamos en dirección a Priego de Córdoba desde el puente de San Juan.