CÓRDOBA

GOLDEN CLUB

SÁBADO 14

22.00 HORAS

Raimundo, a secas, es como se le llama ya en Córdoba a este popular guitarrista sevillano, gitano entrañable y pionero en la fusión innata, callejera y autodidacta de flamenco y blues. Son muchos los amigos y «primos» que tiene aquí, artistas o no, y será por eso que aparece cuando menos te lo esperas, con tal de disfrutar, en cualquier juerga gitana, o en algún escenario, por extraño que sea, tocando con su amigo Lin, con los Freskitos, con Queco y los ilustres del nuevo flamenco cordobés. Ahora presenta su nuevo espectáculo, que dice rendir un serio homenaje a aquel grande con el que llegó a trabajar, el llamado Rey del Blues, B.B. King. El resto de su lista de colaboraciones es enorme, con artistas de la talla y la aparente disparidad de Paco de Lucía, Björk, Juan Perro, Los Delinqüentes, Rosendo, Santana, Sorderita, Tomatito, La Guardia, Enrique Morente, Calamaro, Ketama, y un largo etcétera. Él y su guitarra Gerundina tienen querencia a las tablas. Es incansable, después de tantos años en la brecha, tocando desde «chiquitito» en su barrio sevillano de Las 3000 vivendas.

A Raimundo le valió mucho esa manera de ser que tiene, haber mamado de local en local escuchando a monstruos como Hendrix o Dylan y, a la par, dejar salir sus raíces contactando con la familia Montoya, con Kiko Veneno y su hermano Rafael Amador, la juerga de los Pata Negra, y, por supuesto, conocer a Camarón y tocar con él. Para sí quisieran muchos esa hoja de servicios. Después ha editado varios discos de éxito en solitario con temas tarareados por todos, como el comercial Bolleré, de tan realista letra, o Ay qué gustito pa’ mis orejas, por ejemplo. En este concierto, Raimundo Amador se sumerge por completo en dos estilos muy distintos con un denominador común, su expresión, su lamento y su vida, todo con la mirada puesta en su amigo B.B. King.