El joven tenor cordobés Pablo García López celebrará sus diez años de trayectoria en Córdoba con un recital a beneficio de la Fundación Bangassou, que tendrá lugar el próximo lunes en el Teatro Góngora, una iniciativa que hace a este artista «muy feliz» y en la que estará acompañado por Pablo Aurelio Viribay al piano, además del Coro de Ópera de Córdoba.

-El público cordobés le escuchará cantar en una faceta a la que no está acostumbrado, el lied, la canción lírica para voz solista con acompañamiento de piano.

-Estoy superfeliz de volver a cantar en Córdoba. Desde L’elisir d’amore, aquel sueño que cumplí en el Gran Teatro, no he vuelto a cantar en mi ciudad, y lo haré con otra de las cosas que hago mucho en mi carrera y aquí no he hecho nunca, como concertista y recitalista acompañado de piano. Me hace mucha ilusión porque esta temporada cumplo diez años de carrera, desde que debuté en el Teatro Villamarta (Jerez) con La flauta mágica.

-Será en un concierto a beneficio de la Fundación Bangassou ¿Qué relación tiene con este proyecto?

-En mí se ha despertado el querer devolver todo lo que la vida me ha dado en estos años, y no solo en mi carrera, y qué mejor que hacerlo para la Fundación Bangassou. En 2008, mi madre se fue a la República Centroafricana, a la región de Bangui, a operar con ellos. Reconozco que me dio miedo que se fuera, pero también me mostró su valentía. Así conocí a esta fundación y a ese obispo cordobés lleno de fuerza que es Juanjo Aguirre, alguien que cree en una cosa y lucha por conseguirla. Salvando las distancias, es un hombre en quien me reconozco un poco, porque en parte yo también creí en algo y luché y trabajé para conseguirlo. No soy una persona religiosa, estoy fuera de toda creencia y ellos están por encima de eso y no miran quien entra por la puerta a ayudar, no juzgan ni valoran y esto me encanta.

-Hablemos del concierto del próximo lunes en el Góngora y del repertorio que interpretará.

-Me acompañará un pianista especialista en recital, Aurelio Viribay. Ambos colaboramos mucho haciendo conciertos por Europa. También el Coro de Ópera de Córdoba, del que soy antiguo miembro y que me encanta que me acompañe. El repertorio mostrará otra faceta mía, en la que tengo que dejar el ego completamente fuera porque prima la música, la sensibilidad y que el espectador reciba esas sensaciones. El recital se abre y cierra con Schubert, porque para mí es abrir y cerrar un ciclo. Luego habrá dos lieds de Mozart, ya que soy mozartiano hasta la médula, y un aria, Il mio tesoro, de Don Giovanni, algo de chanson francesa, canción italiana y el ciclo entero del Poema en forma de canciones de Turina, porque habla del amor, que para mí es muy importante. Habla de todo el ciclo, desde el amor pasional hasta el despecho, y me encuentro en un momento espléndido para hacerlo. Habrá también un claro guiño a la República Centroafricana con las Canciones negras de Montsalvatge, y, al final, Ständchen de Schubert, una serenata en la que entrará el coro. Estos, y algún villancico, son los grandes pilares del concierto. Un verdadero recital en el que la gente creo que se irá con un regusto muy dulce. El público de Córdoba ya me ha visto en ópera, oratorio, Barroco y ahora en el recital, una de las cosas que más me apasionan.

-¿Qué planes tiene para el 2017? ¿Algún proyecto en Córdoba?

-Vengo de pasar unos meses en mi hogar en Berlín y ahora estoy en Córdoba. He estado en Valencia haciendo un concierto de guitarra, haré conciertos de fin de año en Málaga y tengo la temporada muy llena. Haré Rigoletto en Oviedo y una ópera en ruso que es Mozart y Salieri de Korsakov que llevo preparando mucho tiempo. Proyectos en Córdoba no tengo ninguno cerrado, porque hasta agosto, que vengo de Tel Aviv con Zubin Metha, lo tengo todo lleno. Pero para el 2018 me gustaría hacer en Córdoba una ópera de Mozart. Lo vamos a intentar.

CÓRDOBA . TEATRO GÓNGORA/ LUNES 19 / 20.30 HORAS