Carmen González está a punto de culminar el tercer mayo festivo que vive al frente de la concejalía de Promoción de la Ciudad, el área encargada de todas las ferias y festejos de una las ciudades con más citas festivas en el calendario.

-¿Cómo vive la Feria desde que se encarga de organizarla?

-Se vive con mucha tensión porque la responsabilidad es muy grande y la preocupación porque todo el mundo salga con la misma sonrisa con la que entró te impide disfrutarla al máximo, pero siempre se intenta.

-¿Va todos los días a El Arenal?

-Todos, no soy capaz de estar en casa pensando si todo irá bien, prefiero estar allí comprobándolo en primera persona.

-¿Alguna caseta de referencia?

-La casetilla de mis compañeros de Promoción de la Ciudad, junto a la Policía Local. Aparte de eso, intento recorrerlas todas y, sobre todo, visitar las nuevas.

-¿Qué impresión cree que tiene alguien de fuera que visite esta Feria por primera vez?

-Todo el mundo alucina, quizás porque no tienen esa comparativa ni esos complejos de todo lo pasado fue mejor. A los de fuera les encanta que puedan entrar en cualquier caseta.

-¿Cuál es la queja que más oye cuando llega esta celebración?

-Eso depende del colectivo con el que hable. Los padres con hijos pequeños se quejan del precio de las atracciones, los que tienen hijos mayores del consumo de alcohol y del botellón, los caseteros se quejan de las infraestructuras que faltan.

-Una pregunta de género: ¿Alguna vez ha hecho pis vestida de gitana en la Feria? ¿Para cuándo aseos dignos en El Arenal?

-Creo que es una experiencia que debería vivir todo el mundo porque puede ser traumático, sobre todo, en los baños portátiles. Es cierto que habría que tener eso en cuenta de cara al futuro, aunque también es cierto que cada vez más casetas son las que eliminan el aseo químico y apuestan por los aseos de obra. En eso tiene mucho que ver Juan Aljama, del área de accesibilidad.

-¿Entiende que los jóvenes hagan botellón en la Feria?

-Yo soy de la generación del botellón, aunque nunca lo he hecho en la Feria. Lo de beber a pleno sol no me llamaba la atención. El consumo de alcohol entre los jóvenes es muy preocupante, pero hay que estudiar por qué ocurre, no basta con combatirlo por sistema. Yo creo que el botellón es una forma de relación de los jóvenes, no van a beber sino a estar, a verse y a dejarse ver. Lo malo es que la compañía es el alcohol.

-¿Cree que la Feria es cara para los jóvenes?

-Yo creo que sí, sobre todo, si van varios días, si quieren comer, beber e ir a los cacharritos. Y si es una mujer y se viste de gitana y decide ir a la peluquería ya...

-¿Es usted de cacharritos?

-Me encantan, pero desde hace tiempo no encuentro compañía habitual para ello.

-¿Tiene un buen fondo de armario de trajes de gitana?

-Desde que soy concejala he invertido en ello y, por suerte, hay firmas que me los ceden. El año pasado fue Eli Pantojo y este año Inma Benicio y Micaela Villa.

-¿Prefiere ‘calurón’ o lluvia?

-Le temo a los extremos.

-¿El traje de cordobesa hay que reivindicarlo?

-Sí, la alcaldesa lo hizo el año pasado. El problema es el tejido grueso y la cantidad de complementos que lleva (camisa, fajín, torerita...). Da mucha calor en nuestra Feria, creo que habría que modernizarlo un poco.

-¿Cómo es posible que en 25 años no se haya podido dar solución al tema de las sombras?

-He aquí la pregunta del millón sobre la Feria. Se hizo una gran apuesta por la arboleda, pero las condiciones del suelo no son óptimas. Vamos a dejar crecer a los árboles, pero yo me he propuesto este tema como reto personal de la legislatura y voy a intentar por todos los medios que el año próximo se dé una solución, si no es con árboles, con toldos o algún otro recurso.