CÓRDOBA

GRAN TEATRO

MIÉRCOLES 15

20.30 HORAS

El Russian Classical Ballet recala en el Gran Teatro de Córdoba el próximo miércoles, a las 20.30 horas, para ofrecer su montaje de la conocida obra de Piotr Ilich Tchaikowsky El lago de los cisnes. Primer gran ballet de este compositor, es en la actualidad una de las piezas cimeras de repertorio, a pesar del escaso éxito de su estreno, y muestra la romántica y mágica historia de amor entre Sigfrido y Odette, princesa transformada en cisne. El príncipe Sigfrido celebra su 21 cumpleaños y sabe que al día siguiente deberá comunicar a su madre qué muchacha ha elegido para contraer matrimonio, algo lejos de su intención, lo que le sume en un estado de tristeza. Una bandada de cisnes se dirige hacia el lago, por lo que su amigo le propone salir de caza. Allí se encuentran con que los cisnes se convierten en bellas muchachas, sobre todo Odette, que personaliza la pureza del Cisne Blanco. Esto ocurre porque Rothdart, malvado brujo en forma de búho, les ha lanzado un conjuro por el cual estarán convertidas en cisnes durante el día y por la noche volverán a tomar forma humana. La única manera de romper el hechizo es que alguien que nunca ha amado antes le jure fidelidad y amor a Odette para siempre.

Existen varios finales alternativos, según la compañía, que van desde el romántico al trágico. En este último caso, los dos enamorados deciden suicidarse lanzándose al lago, y este sacrificio de amor rompe el hechizo, haciendo que el brujo pierda su poder. La coreografía del montaje del Russian Classical Ballet para este cuento de amor sigue la que en 1895 diseñaran Marius Petipa y Lev Ivanov. Considerado en la actualidad como uno de los mejores ballets clásicos, la coreografía exige de los bailarines gran técnica y destreza en su ejecución.

La representación de los personajes en esta historia, particularmente en la confrontación entre el carácter figurativo en la pureza del Cisne Blanco y, la intriga, por la duplicidad del Cisne Negro, requiere virtuosismo y talento dramático, especialmente en los dos grand pas de deux en las escenas segunda y tercera. Y otro momento de clímax de este montaje es la encantadora Danza de los pequeños cisnes.