Bocas tiene la Gallinera por donde en los fríos invernales, el vaho de la tierra espesa sus vapores, en chorros de misteriosas nieblas; agujeros por donde bueyes y cabras han desaparecido sin más rastro, tragados por el mundo de la tiniebla; cuevas, cuyas galerías no tienen fin y cuyos pozos y abismos, han puesto pavor en los pocos que se atrevieron a violar sus recintos». En un artículo publicado en Diario CÓRDOBA en 1964, Juan Bernier ponía en boca de Gonzalo, el cabrero del cortijo del Toscar y su guía en la Sierra Gallinera, estas palabras que describen claramente el halo de misterio que envuelve esta sierra. En la ladera Sur, en término de Priego, hay que nombrar como más importantes la cueva de la Majá del Caldero, la cueva de los Inocentes, la cueva Extremadura y la de los Tocinos; mientras que en la ladera opuesta, ya en el término de Carcabuey, están la cueva del Rodaero o del Gorgojo, y la sima del Palenzuelo. De éstas, las más destacadas, tanto en el aspecto histórico como el espeleológico, son la Sima del Palenzuelo y la Cueva de los Tocinos; además son también yacimientos arqueológicos de relevancia. La tradición oral llega, incluso, a conectarlas, afirmando que sus bocas son accesos a una sola cavidad, uniéndose las laderas de la sierra, la de la umbría y la de la solana, de manera subterránea, a través de ellas.

El grupo espeleológico G40 de Priego de Córdoba presentó una interesante comunicación al 8º Simposio Internacional de Exploradores, celebrado en Marbella en septiembre del 2011, titulado Las cuevas y simas de la sierra de la Gallinera. Leyenda y realidad, que constituye una magnífica guía para adentrarse en los recintos subterráneos de esta «montaña de los mitos», como la denominara Juan Bernier. Vamos a centrarnos en las cavidades de la ladera norte, situadas en el término de Carcabuey.

La cueva del Rodaero o del Gorgojo se encuentra en la vertiente Noreste de Sierra Gallinera, uno de los pasos naturales que nos permiten ascender sin excesivas dificultades a esta sierra, caracterizada por su complicado tránsito. Se encuentra a una altura de 939 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de la línea de cumbre, y a 173 metros de desnivel con respecto a los llanos del cortijo del Molejón, desde donde se inicia el ascenso propiamente dicho. El nombre le viene dado porque, debido a la pronunciada pendiente, las piedras tienden a rodar ladera abajo hasta llegar al canchal que se acumula en su base. Esta cavidad era conocida desde antiguo por los lugareños debido a que es fácil de explorar y no es necesario el uso de cuerdas para su completa visita.

La cavidad cuenta con cuatro niveles superpuestos. Tiene un desarrollo de 133 metros y un desnivel de -23 metros. Su boca, con unas dimensiones de 2 metros de alto por 1.50 de ancho se asemeja a un arco de medio punto, y tras ella se dispone una sala rectangular, que corre paralela a la ladera, de techo abovedado, con unas dimensiones de 6 por 4 metros y que es iluminada al completo por luz natural. Frente a la boca, adentrándose en la sierra se accede a una galería más o menos recta, escalonada y descendente.La cavidad se halla aún activa y se aprecia la humedad en casi toda ella, de tal modo que tras una temporada de intensas lluvias se escucha un intenso goteo. Posee gran número de formaciones, algunas de gran belleza.Se observan restos de cerámica, posiblemente de época prehistórica y medieval.