La otra vía pecuaria, la que parte hacia el norte, es la colada del Cerval o Cerveral, de tan solo 1,5 kilómetros, que se dirige al cortijo de los Mármoles, alojamiento rural situado a los pies de la sierra de Lobatejo, donde se inicia otra vía pecuaria de la que ya hemos hablado anteriormente, la colada de las Palomas a los Mármoles. Relativamente cerca, pero a bastante más altitud, concretamente a 923 metros, se encuentra la recóndita fuente de los Zagales, cuya cuenca de absorción son los elevados lapiaces que dominan los alrededores del pico Lobatejo, que deben drenar sus aguas a través de una gran falla visible en la inmensa vertiente oriental de esta montaña. El motivo de su nombre parece estar en unos niños o zagales que antiguamente ayudaban a los cabreros en sus andanzas. El paraje de la Fuente los Zagales sigue siendo ese lugar salvaje que las gentes de la sierra nombran con gran respeto por la lejanía de su ubicación y su entorno agreste. En el centro de la cañada de los Zagales, en medio de una espesa mancha de cornicabras y espinos albares, encontramos este manantial que tiene una arqueta muy rudimentaria de piedras entre las que brota el agua. Se trata de una surgencia tipo ‘top plein’ que mana solamente tras precipitaciones excepcionales. Cuando está en todo su esplendor, un caudaloso río sale de esta fuente y se precipita cañada abajo, realzando con su ruido la espectacularidad del lugar. El arroyo temporal desaparece entre las rocas poco después para resurgir más abajo, cerca de los olivares, desde donde va canalizado por una acequia que conduce sus aguas hasta las cercanías de la Fuente de Bernabé.