El territorio de la cora de Cabra estaba surcado por una serie de caminos que eran en realidad antiguas calzadas de época romana. Estas rutas seguían en líneas generales los pasillos excavados en las margas triásicas que surcan las cadenas Subbéticas, enlazando la costa mediterránea con el valle medio del Genil y con la campiña de Córdoba. Uno de estos caminos, que comunicaba Cabra con Priego, discurría por el conocido como 'pasillo de Carcabuey' atravesando el puerto del Mojón.

Como vestigio que acredita la antigüedad de dicha ruta tenemos el puente de piedra con sillares a soga y tizón, de factura califal, sobre el arroyo Palancar, que aparece citado en 'El libro de la montería' de Alfonso XI. La mayor parte de las carreteras actuales no hacen otra cosa que aprovechar estos antiguos itinerarios que ya trazaron los romanos, que seguramente se sirvieron a su vez de las ancestrales rutas comerciales de los fenicios o caminos de comunicación de los pueblos íberos. Algo parecido debió ocurrir con la ruta que nos ocupa, cuyo trazado viene a coincidir aproximadamente con la carretera A-339 (Estepa-Alcalá la Real), en el tramo que conecta Cabra (antigua Egabro) con Priego de Córdoba (pequeño núcleo poblacional en época romana que en el periodo árabe alcanzó mayor importancia, denominándose Medina Baguh), pasando por Ipolcobulcula (cerro del Castillo de Carcabuey).

Muchas de estas rutas estaban jalonadas de recintos fortificados que hunden sus raíces en época íbera, así que al principio se pensó que el yacimiento arqueológico descubierto en el cerro de la Merced, al borde mismo de la carretera A-339, no era más que eso, un puesto de vigilancia establecido por los íberos para controlar una parte del territorio del término egabrense que marca el paso de la campiña a las primeras estribaciones de las Subbéticas, y al que se le asignaba una cronología aproximada del siglo IV antes de Cristo.

Sin embargo, la campaña de excavaciones que desde hace varios años se viene realizando en dicho yacimiento por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigido por el catedrático de arqueología Fernando Quesada, ha puesto de manifiesto que se trata de una construcción de mucha más entidad: un recinto palatino tardoibérico que debía estar en su plenitud cuando los romanos se instalaron en la zona, a principios del siglo II a. de C. Así que lo que hasta hace pocos años era un cerro cubierto en gran parte por la vegetación y en el que se podían encontrar algunos restos de cerámica, ha resultado ser una construcción de notable entidad perteneciente a una etapa de nuestro pasado --la íbera-- mucho menos puesta en valor que la romana y la musulmana.

El conjunto consta de dos plantas y una serie de estancias perfectamente compartimentadas donde se han hallado numerosos utensilios. En su construcción se emplearon grandes bloques de piedra caliza, muy abundante en la zona, donde la explotación de canteras es una actividad secular.

Las próximas campañas que se lleven a cabo en dicho yacimiento aportarán sin duda nuevos datos sobre esta enigmática construcción. Una de las últimas actuaciones, que recibió una importante atención por parte de los medios de comunicación, concretamente el 29 de diciembre del 2015, fue el traslado al museo arqueológico de Cabra de un gran sillar de piedra tallado de más de 450 Kg de peso con relieves fitomorfos ornamentales de gran calidad, y de un tipo muy raramente documentado en un contexto arqueológico controlado, lo que multiplica su valor histórico.

Probablemente pertenecía a un gran monumento conmemorativo anterior al recinto hoy visible. En el blog cerrodelamerced.blogspot.com.es se puede encontrar un diario on-line de las actividades que se han realizado en la excavación arqueológica autorizada por la Junta de Andalucía en este yacimiento.

El cerro de la Merced se localiza a la derecha de la carretera A-339, viniendo de Cabra hacia Priego, pasado el punto kilométrico 6, poco antes de llegar a la zona de Los Pelaos. El camino de acceso lo encontramos justo después de las ruinas de una casa que está en el mismo borde de la carretera.

Se trata de un mogote aislado de 715 metros de altitud, situado dentro del ángulo de confluencia de los arroyos de las Jarcas y de los Frailes, a 500 metros escasos al norte de la fuente de las Jarcas. En cualquier caso, al tratarse de un yacimiento arqueológico protegido, para visitarlo deberíamos de ponernos en contacto con el Ayuntamiento de Cabra o con la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba.