Al comienzo del descenso desde el puerto del Mojón se puede observar, a la izquierda, en dirección norte, una zona hundida por fallas que el arroyo del Chocladero ha aprovechado para trazar su recorrido. Se puede ver con gran nitidez el escarpe de línea de falla existente entre la vertiente estructural del área de Los Lanchares y las margas cretáceas, que aparecen aquí en forma de fosa tectónica entre ésta y el área de Pelpitre, a favor de los procesos de erosión efectuados en cabecera por el arroyo del Chocladero. Estas fallas se formaron ya en el Jurásico, hace aproximadamente 600 millones de años, y han sido retocadas por movimientos posteriores. El paisaje que observamos está formado por series de diferentes rocas que se depositaron en el mar de Tethys, principalmente en el Jurásico, y que durante la formación de la cordillera Bética fueron deformadas, fracturadas, montadas unas sobre otras (cabalgadas), etcétera. La erosión posterior ha dado lugar a formas muy diversas de montañas y paisajes del parque natural.

Asociadas a estas rocas se pueden ver algunos ejemplos de la flora mediterránea más típica, como el formidable manchón que se dispone en la cañada del Chocladero, con ejemplares de encinas y quejigos centenarios, y numerosas cornicabras de gran porte, que en el otoño adornan de tonos rojizos la ladera occidental de la sierra de Pelpitre. Por detrás de la fuente de Valdecañas parte un camino que conduce a una cantera abandonada y desde allí se puede tomar un senderillo que se introduce en esta masa boscosa y asciende hasta el collado del Navazuelo, pasando por la fuente del Chocladero.