La Gallinera es una sierra difícil de recorrer y que encierra gran interés ecológico, por lo que por motivos de seguridad y conservación su acceso debe estar restringido a personas con experiencia montañera o naturalistas muy respetuosos y conocedores de las especies endémicas que alberga dentre los escarpes rocosos y tajos calcáreos; pero sí que podemos acercarnos a contemplar su imponente aspecto.

Entre los kilómetros 8 y 9 de la carretera A-3226, de Rute a Carcabuey, cerca de la ermita de Los Villares, y cámping y posada del mismo nombre, se inicia otra carretera, la CO-7212, que conduce a los poblados de Algar y Gaena. Justo en el cruce surge un carril que cruza el arroyo Fuentecastilla y conduce a los cortijos del Molejón y Mirasivienes, situados al mismo pie de la Sierra Gallinera, donde podremos admirar la cara norte, del lado de Carcabuey, de mayor pendiente y aspecto majestuoso.

Cerca del camino encontramos algunos manantiales que se encuentran ligados a materiales detríticos y derrubios que tapizan la ladera noroeste de la Sierra Gallinera. A un kilómetro del inicio del mismo, a la izquierda, se localiza el cortijo del Barralejo, y a unos 100 metros de éste, al noreste, junto a un nogal que destaca entre los olivos, encontramos la fuente del mismo nombre, asociada a una alberca cuadrada.

Por su parte, al lado del cortijo del Molejón se encuentra la fuente de la misma denominación, con un pilar-abrevadero de unos ocho metros, dividido en dos partes, que tiene adosadas una pileta y una losa de piedra rayada para lavar y restregar la ropa.