Hay varios partidos que se están jugando antes del partido de verdad, el que se librará mañana en París ante Italia. Por un lado, España no para de mirar, una y otra vez, diversos vídeos tácticos para meterle mano a la sólida Italia, que solo ha encajado un gol, el irlandés, cuando llevaba ya puesto el disfraz de los suplentes. Del Bosque estudia y estudia, dándole la vuelta, además, a la posibilidad de incluir a Koke o incluso Bruno para robustecer el centro del campo. Eso sucede en el hotel de la costa atlántica francesa. Pero hay otro partido, que tiene, además, una variante mucho más polémica. España se ha revuelto furiosa contra las críticas.

Cada jugador tiene un estilo para defenderse. Piqué escogió las redes sociales -retuiteó ayer un tuit en el que se denuncia la fabulación de los diaros deportivos para inventarse noticias a propósito de esa peineta que no existió- y Jordi Alba, beligerante él, empleó el método más tradicional. Le tocaba comparecer en la sala de prensa del pabellón polideportivo Marcel Gaillard de Saint Martín de Ré.

MENTIRAS / No tardó mucho en unirse a las quejas ya expresadas por Vicente del Bosque horas antes a Radio Marca. «He visto unas declaraciones diciendo que alguien se había metido con De Gea en el descanso. Totalmente incierto. Es una mentura tras otra», denunció el seleccionador. «Estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Vicente», afirmó Jordi Alba. «El mal rollo lo creáis vosotros, no nosotros. El ambiente es fenomenal, la historia la montáis vosotros. El problema es cuando la gente cree antes a la prensa que a nosotros mismos», añadió el lateral.

Del Bosque trama un plan para descerrajar el 3-5-2 de Italia, una fórmula táctica que se le ha atragantado en las grandes citas a España. La Holanda de Van Gaal (5-1) y la Chile de Sampaoli (2-0) son las últimas pruebas de un entramado que le cuesta mucho superar a la selección. Conte, antes de irse al Chelsea, trabaja desde hace días en esa dirección. H