La asociación cordobesa Lola Castilla, constituida en el 2011 con la finalidad primordial de «luchar contra desigualdades cotidianas que impiden a las mujeres desarrollar una vida plena y feliz más allá de su edad y de los roles familiares que desempeñan» entregó ayer sus premios Luchaora en la librería La República de las Letras. En esta edición, los galardonados fueron Carola Reintjes, de la casa Bien-Ser, y el padre Miguel Ángel Vílchez Torés. La asociación resaltó sobre los galardonados que «ambos proporcionan calidad humana a la sociedad cordobesa, trabajan para dar voz y dignificar a los que más lo necesitan, son personas sencillas que regalan su tiempo y por eso les regalamos un gracias junto a este merecido reconocimiento».

Carola Reintjes nació en Alemania, pero es cordobesa de adopción y de corazón. Estudió Filología y fue la impulsora de la primera organización de comercio justo en España, siendo durante cuatro años la directora de una organización internacional de comercio justo. En la actualidad se encuentra al frente de la asociación Paradigma Media Andalucía, a través de la cual cuenta con un periódico mensual y gratuito con temática social. Además, forma parte del proyecto Patios con alma, que abre sus casas a la gente para fines sociales o culturales. La Asociación Bien-Ser, que es la casa de Carola, se convierte en uno de esos espacios.

Por otro lado, el padre dominico Miguel Ángel Vílchez Torés nació en el seno de una familia humilde y numerosa, formada por ocho hermanos. Se licenció en Filosofía y ha sido educador y director de varios colegios hasta su edad de jubilación. Según la asociación Lola Castilla, ha sido «más que un profesor. Ha dedicado parte de sus esfuerzos a crear escuelas de padres y a impulsar las Ampas, consiguiendo una educación participativa donde los padres se involucren y formen un tándem con los profesores. Ha sido asesor religioso de varios grupos, como los centros de cultura de la promoción de la mujer y adultos. Ha ofrecido conferencias por toda España sobre cómo afrontar el dolor, especialmente en procesos de duelo, siendo un referente en este ámbito. Recibió el premio Patrimonio Humano concedido por el Distrito Centro. Ha acercado la religión a toda la población desde personas jóvenes hasta mayores y en todas las actividades traslada alegría y esperanza».

Esta asociación recalcó que con estos premios se pretende reconocer «el esfuerzo común de hombres y mujeres. Por eso, cada año se entregan los galardones a un hombre y una mujer que encarnen los valores de honestidad y valentía en su esfuerzo por el bien común».