"De mayor quiero ser jueza y voy bien porque tengo unas notas perfectas". "Yo quiero ser jinete de caballos y también cantaor o artista como mi padre". Esos son los sueños de Samira Castro y Vicente Moreno, dos niños de once años del colegio La Albolafia, un centro en el que más del 80% de los escolares son gitanos como ellos, y que ayer acudieron a la Posada del Potro para celebrar sus raíces y reivindicar igualdad de oportunidades para todos coincidiendo con la efemérides hoy, 22 de noviembre, del Día del Gitano Andaluz. Entidades sociales gitanas de Córdoba celebraron su onomástica recordando las múltiples aportaciones con las que la cultura romaní ha enriquecido a Andalucía, entre ellas, el flamenco, que actuó de hilo conductor durante todo el acto. Tras señalar que el pueblo gitano "aún aspira a ser reconocido y tratado en igualdad de condiciones que el resto de andaluces" y recordar que "siguen siendo víctimas del rechazo, la discriminación y el recelo", se volcaron en la esencia vital de su cultura, que es también base de la cultura andaluza, la alegría y la celebración. Para ello, el grupo Sabores gitanos y El Pele compartieron su arte con los presentes.

En España viven más de 700.000 gitanos, de los cuales más de la mitad están en Andalucía. "Samira, ¿qué hay diferencia entre ser gitana o paya? Yo no lo sé, para mí que es lo mismo más o menos, ¿no?". Pues eso.