El pueblo de Villafranca ha demostrado que sabe estar con sus vecinos, sobre todo cuando más los necesitan. Más del triple de las donaciones de sangre que se suele hacer por costumbre fue el resultado final, así como más de 30 donaciones de médula ósea, para tratar de ayudar a Miguel, un niño de apenas seis meses ingresado en el Hospital Reina Sofía. Miguel está afectado por una inmunodeficiencia severa y que se encuentra aislado en una habitación hasta que encuentre un donante de médula. Los vecinos formaban largas colas en el edificio de usos múltiples, donde se habilitaron 9 camillas. Allí, los enfermeros del Centro Regional de Transfusión Sanguínea colaboraban a la demanda social de todo un pueblo, donde los mayores de 18 años han asistido para tratar de ayudar a Miguel.

Todos confiaban en que «el milagro se hará realidad». No querían salir en la foto ni dar sus nombres, porque no perseguían la popularidad, pero sí mostraban su satisfacción por contribuir a que uno de sus vecinos más pequeños pueda sobrevivir ante su delicada situación. Los padres eran los más sensibles a la causa, pero también había muchos jóvenes mentalizados en que «ha que sacar a delante a Miguel, porque él y su familia se lo merece», decía un chico con lágrimas en los ojos.