La diócesis de Córdoba celebró ayer la festividad de los patronos de la ciudad San Acisclo y Santa Victoria. Como cada año la hermandad de la Misericordia organizó un emotivo acto en el Puente Romano, lugar donde Córdoba recuerda a sus santos patronos. Fue así como un nutrido número de hermandades cordobesas se acercaron hasta la hornacina situada en el histórico puente para depositar sus ramos de flores en honor de San Acisclo y Santa Victoria.

Pero este no fue el único recuerdo que se tuvo con los Santos Mártires, ya que en la Catedral se celebró una eucaristía, presidida por el presidente del Cabildo Manuel Pérez Moya y la basílica de San Pedro, lugar donde se conservan las reliquias de los Santos Mártires cordobeses, acogió una eucaristía por el rito hispano-mozárabe, la misma estuvo presidida por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, quien aprovechó para resaltar el valor de estos «mártires de la fe».

Este día tan señalado, a la vez que olvidado por muchos cordobeses, es el que eligió la hermandad de la Buena Muerte para celebrar el besamanos a su titular mariana, Nuestra Señora Reina de los Mártires, una advocación totalmente ligada a la festividad.

Unos actos en honor de Santos Mártires que ayer sirvieron de preámbulo a lo que se vivirá la próxima semana, donde la urna de los Santos Mártires presidirá en la Catedral el triduo que cada año la hermandad de la Misericordia celebra en recuerdo de los mártires cordobeses.