El trabajo de periodista, aunque no sea en zona de conflicto, puede ser muy peligroso. Y si no que se lo pregunten a uno de los plumillas que ayer acudieron a la Sala Orive a una rueda de prensa y casi se va lesionado. Una de las sillas de plástico dispuestas para los medios se rompió de repente y cayó al suelo. Menos mal que es joven y no tuvo consecuencias.