Leonor Pérez, poco después de haber servido la primera taza de caracoles en su puesto de La Magdalena 3, en Campo Madre de Dios, no dejaba de reír ayer cuando se le recordaba que, en Asturias, el primer salmón de la temporada se paga a 9.500 euros. «Hombre, pues lo mismo tenemos que subir el precio porque ha subido la materia prima, pero, aquí, en Córdoba, los primeros caracoles los he puesto esta mañana a 1,10 euros», decía aún riendo. Lo que no quita que, seguramente, hubiera incondicionales de este guiso cordobés que no les hubiera importado pagar muchísimo más por los primeros caracoles de la temporada en un puesto. Claro que ya no sería un plato popular que caracteriza a Córdoba.

«Llegó una familia que viene a menudo. Eran tres y se tomaron 8 tazas, estaban deseando», decía aún risueña Leonor sobre los primeros caracoleros del 2018.

Casi con tanta alegría se mostraba José Antonio Henares, de Caracoles La Rubia (en la plaza de la Oca), también presidente de la Asociación de Comerciantes Caracoleros Cordobeses, que reconocía la pasión con la que muchos estaban esperando ayer para lanzarse sobre los gasterópodos, valga tan científico nombre.

La sequía también afecta

Por cierto, y ya sin risas de ningún tipo, Henares recuerda que no sería descabellado aumentar el precio del caracol, ya que con la falta de lluvia hace que escasee la materia, encareciendo también los costes en las granjasde cría de caracoles. Ya ven: la sequía ha comenzado a perjudicar en Córdoba hasta a este popularísimo plato. Capítulo aparte, y aunque siempre hay para todos los gustos, este año parece que destacará por la variedad y la modernidad. Así, en Caracol Express, junto a la Estación (por cierto, ayer ya casi a rebosar de clientes desde primerísima hora), se ofertan especialidades como caracoles a la mexicana (picantes y con nachos), a la japonesa (con salta teriyaki) y hasta a la italiana, hechos a la carbonara. Otros optan por lo clásico y, los más, se adaptan rápido a la demanda. En algo coniciden todos: en reivindicar la tradición y la ciudad. Así, José Antonio Henares, por ejemplo, se surte de caracoles de una empresa local y hasta la energía que consume es verde y cordobesa, de la comercializadora Unieléctrica. Por cierto, esa firma patrocina un concurso para premiar e la mejor foto en ese puesto de caracoles compartida en redes sociales.

Sepan que hay hasta el 14 de junio, cuando de desmontarán los puestos, para disfrutar de los caracoles en la calle. Tómense su tiempo. Pero con tanta variedad no vayan a velocidad de caracol, que se los pierden.