Alrededor de 300 animales entre caballos, yeguas, burros y mulas con sus respectivos jinetes acompañaron ayer por la tarde en el traslado de la Virgen de Piedrasantas desde la parroquia de El Salvador hasta su ermita, en la tradicional fiesta de los Piostros, que tiene lugar cada 7 de septiembre en Pedroche.

Con el término piostro se denomina en el pueblo a la persona que, junto a su cabalgadura, toma parte en las fiestas en honor de la patrona. Antes de acudir a la parroquia, los piostros se reunieron en el domicilio de los mayordomos (este año, José Cristóbal Moral y su esposa, Ana Belén Nevado). Ambos no podían ocultar su emoción por ver reunida a su familia «en esta tarea tan bonita de servir a la Virgen».

En la concentración equina más importante de la provincia destacaban ayer las casi 100 yuntas de mulas que participaron y que representan la estampa más típica, ya que el paje lleva a la mujer o amazona sobre las sillas llamadas jamugas. Los jinetes se montan sobre unas mantas bordadas de terciopelo negro. Además, se pudieron ver más de 30 carruajes engalanados. Desde la salida de la Virgen ya se concentraban numerosas personas que luego se trasladaron a la ermita, donde todos los jinetes desfilaron delante de la patrona, tras cruzar el puente sobre el arroyo Santa María. El alcalde, Santiago Ruiz, destacó el auge de una fiesta «cuyo origen se sitúa en las reuniones de las villas de Los Pedroches que desde finales del siglo XV tenían lugar en la ermita de Piedrasantas».