No es el principio ni el final de unas de esas pequeñas-grandes historias de la ciudad, pero no por ello desmerece de ser contada. Y es que desde ayer una de las muchas palmeras que se están plantado en la calle María Blanchard no rememorará a un personaje o a una insigne acción, sino... a otra palmera. Tan peculiar homenaje tiene su origen en la carta al director que Jesús Villafuerte Fernández remitió a Diario CÓRDOBA y que se publicó el 3 de agosto. En ella hablaba de cómo en un solar de Arroyo del Moro donde se va a edificar desde hace tiempo había arraigado contra viento y marea, contra sequías y el vandalismo, una palmera del tipo washingtonia, uno de los pioneros en echar raíces (literalmente) en este nuevo barrio.

Así, Villafuerte pidió la intervención del Ayuntamiento y Áveron, que gestiona la promoción inmobiliaria de Bulevard de la Arruzafa, para salvar este ejemplar por el significado que tiene tanto para él como para el barrio. Pero la palmera del solar es muy joven y no soportará, dicen los expertos, su replantación en las inmediaciones. Así que en el sitio que le habían preparado, ayer se plantó en su lugar una palmera de otra especie pero con el mismo alma de la silvestremente urbana washingtonia.

Y... ¿qué ha pasado con la original? Pues, informa Jesús Villafuerte, será trasladada a un vivero y cuidada hasta encontrarle una ubicación definitiva. Quién sabe, quizá anhelando volver a su propio barrio de Arroyo del Moro. Como titulaba Villafuerte en su carta: «Preciosa planta ornamental busca hogar».