La luna de sangre, llamada así por su color rojizo, aparecerá hoy en el horizonte, tras la puesta de sol, y se prolongará hasta las 23.30 horas. El fenómeno ocurre cuando se alinean el sol, la Tierra y la Luna y esta atraviesa la sombra que proyecta la Tierra cuando se encuentra entre ambos astros. «A medida que vaya subiendo la luna, vamos a ver como el color va desapareciendo y se podrá apreciar su estado habitual», declara René Damian Duffard, astrónomo. Duffard recomienda «ir a un lugar alto donde se pueda ver el horizonte, no hace falta que esté del todo oscuro».

La luna de sangre precederá a las perseidas, acontecimiento para el que el parque periurbano los Villares ha preparado cinco jornadas en torno a las Lágrimas de San Lorenzo, senderismo nocturno y una charla sobre mitos y leyendas del cielo. El público ya ha realizado más de 200 reservas y tendrán como invitado especial a Alfonso Roldán Losada, fotógrafo de naturaleza y educador ambiental. Las popularmente conocidas como Lágrimas de San Lorenzo son el resto del cometa Swift-Tuttle que con cada órbita de 133 años va desintegrándose al acercarse al sol, dejando materiales, apenas más grandes que la cabeza de un alfiler, entran en la atmósfera de la Tierra convirtiéndose en plasma en torno a los 5.000 grados centígrados en una fracción de segundo y a 180 kilómetros de altura. Los puntos particularmente afectados por la contaminación lumínica, tendrán que esperar a fragmentos mayores para poder visualizar el proceso.