El nacionalismo musical identifica la personalidad de los pueblos por medio de este arte. Formó parte del movimiento romántico y estuvo vigente hasta la mitad del siglo XX. Precisamente a esta época pertenece Francisco Algaba, músico castreño que en los años 30 compuso varias marchas que le otorgan personalidad al Viernes Santo de Castro del Río por sus melodías fúnebres. Se trata de Pobre hija mía y Cristo del Carmen .

Algaba, junto a otro músico castreño, Joaquín Villatoro, le dan nombre a la Agrupación Musical de la población, que este año celebra su 25 aniversario, y, para conmemorarlo, entre otras actividades, ha ofrecido un concierto compuesto por obras de músicos de Castro o dedicadas a advocaciones de la población. Composiciones de los castreños José Muriel, José Antonio Elías, Pedro Granados o Juan Urbano, o del bujalanceño Francisco Navarro, primer director de la agrupación, conformaron el concierto, destacando una obra de los años treinta de Algaba, Soledad , que se ha descubierto entre los documentos donados por la familia del músico a la Agrupación Musical Maestros Villatoro y Algaba, y que se ha interpretado por primera vez. Concierto en el que se han recorrido 80 años y que supone una manera de entender la música muy personal, como si de un movimiento nacionalista musical se tratara.