La pequeña aldea de Azuel, de apenas 300 habitantes, cuadruplicó prácticamente su población en torno a su producto estrella: la morcilla ibérica. Un grupo de vecinas, vestidas de fanegueras, se afanaban desde primera hora de la mañana en la elaboración de este manjar. Julián Robledo se encontraba mezclando los ingredientes que previamente habían aliñado estas mujeres. Este producto se diferencia del resto porque, a juicio de Juan Antonio Yllesca, «se hace con mucho cariño y se adereza muy bien con hierba buena, cilantro, pimentón, pimienta, clavo, ajo, orégano, caldo de laurel, sangre», y porque con los aires de este núcleo se cura muy bien.

Una vez amasado todo, se introdujo en la tripa. Luego llegó la degustación de este lote, pero desde hace unas semanas se preparó otro porque hay que dejarlo un tiempo de curación.

A ello se suma el buen ambiente que hubo durante toda la jornada en la calle principal, Virgen del Romero, que lleva el nombre de la patrona. José Ruiz, el profesor de la escuela de adultos, es el promotor de esta iniciativa, en le que hubo también una lectura de poesías, música en directo y estands de productos tradicionales de la zona.

Esta primera edición de la Feria de la Morcilla Azueleña promete, ya que, como dijo la alcaldesa de Cardeña, a la que pertenece esta pedanía, Catalalina Barragán, «se ha puesto en marcha con la impronta de los vecinos, que han sabido combinar su buen hacer con esta fiesta de un día que ha dado para mucho».