Quién pudiera tener a los 40 la energía que se gastan los mayores, y sobre todo, las mayores de hoy en día. Acostumbrados a trabajar duro, a sacar a familias numerosas adelante con muy pocos recursos, a dormir poco, a cuidar de hijos, abuelos y nietos, son capaces de multiplicar las horas para sacarle el máximo jugo a la vida. No hay más que darse una vuelta por algún centro municipal de participación, donde se reúnen a diario hombres y mujeres mayores de 60 años, para comprobar que derrochan energía. El concejal de Asuntos Sociales, Juan Hidalgo, se dio ayer una vuelta por el centro de Santa Rosa, donde conoció a los miembros del coro y la rondalla y presentó la nueva guía de recursos que oferta el Ayuntamiento para los más de 11.000 socios inscritos, donde las mujeres son mayoría. «Este centro es mi vida», afirma Mari Reyes, «llegué aquí con depresión cuando murió mi marido y mi madre y ahora no pasa un día que no venga porque aquí me siento como en casa». A su lado, Josefa, recién peinada en la peluquería del centro, asiente y añade: «Tienes que ver los cuadros que pintamos aquí, una maravilla». Rosario aprovecha para quejarse: «Deberían volver a poner a la profesora de manualidades, nos viene muy bien». Mientras, en la planta de abajo, los hombres ocupan el bar jugando al dominó. Todos los centros ofrecen talleres de salud, viajes, rutas, informática y gimnasia a sus socios, además de servicios como prensa, cafetería, juegos de mesa, peluquería o wifi. Solo hay que ir y apuntarse.