Manuela Molina, comerciante

Ha fallecido a los 87 años de edad Manuela Molina Díaz, madre de Miguel Navas Molina, propietario del restaurante Casa Miguel de Cardeña, que destaca por sus afamadas raciones de lechón ibérico de esta localidad. De padre montoreño -él fue una de las personas que lucharon por la independencia de Cardeña con respecto a la localidad vecina de Montoro- y madre cardeñera, Manuela pertenecía a una familia numerosa que ha estado dedicada al comercio, y era propietaria del cortijo Casa Judío. Manuela ocupaba el cuarto lugar de seis hermanas y un hermano. Era una mujer amante de la tertulia, de la elegancia y las buenas formas. Era viuda de Julio Navas Cachinero, un carnicero de la localidad con el que tuvo tres hijos. Su peor momento fue el vivido hace cinco años, cuando falleció su única hija, Manoli, maestra de profesión, pero le motivaba seguir adelante por sus otros retoños, Miguel y Juan Manuel, así como por sus nietos, a los que adoraba y los observaba en todo momento con el orgullo de una buena matriarca. De todos se sentía muy orgullosos. Recordaba que tenía familia en Pedro Abad, de los «cantareros», que también tenía un comercio. Anécdotas, recuerdos y sentimientos encontrados cada vez que esta mujer mantenía una conversación con algunos de los clientes del restaurante de su hijo, siendo frecuente verla por la noche en la terraza dialogando fraternalmente con sus vecinas y amigos del entorno. Una de las hermanas de Manuela, Nieves Molina, comentaba ayer que «ha sido siempre una mujer buenísima, muy religiosa, como toda la familia, y con un sentido de la familia muy profundo». Ayer se celebró el entierro en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, de Cardeña, al que acudieron no solo vecinos, sino también de otros municipios de alrededor y de otros puntos de la provincia, mostrando así el respeto y el cariño que le profesaban muchas personas. RAFAEL CASTRO