Hace cuatro años, Rocío, una niña saharaui con parálisis cerebral, vino a España para mejorar su calidad de vida. Tras un proceso de rehabilitación, estabilización médica y adaptación, consiguió evolucionar rápidamente. Su fuerza y afán de superación inspiraron al Grupo Jaima de Amigos y Amigas de la RASD para impulsar el proyecto de cooperación internacional que hoy lleva su nombre, destinado a la atención de personas con discapacidad en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia). Rocío se ha convertido así en la cara visible de una dura realidad que hoy afecta a otros muchos niños y jóvenes del Sahara. Por ello, ayer se presentó en la Diputación de Córdoba el proyecto 'Pequeña Rocío', en el que colaboran la Diputación, el Ayuntamiento de Córdoba y el de Santaella, con el fin de movilizar fondos y activar la concienciación tanto de la población cordobesa como de la saharaui, "ya que allí todavía se considera algo tabú", explica Rocío Rosas, madre de la pequeña y una de las impulsoras de la iniciativa.

Así, mediante la labor conjunta de especialistas y voluntarios se promoverá el diagnóstico y la atención fisioterapéutica en jaimas, ofreciendo a otros la misma oportunidad que tuvo Rocío. Ella no puede expresar su agradecimiento con palabras, pero sus ojos reflejan la esperanza y la ilusión de que su proyecto, al igual que ella, evolucione día a día.